05/11/2025
Las heridas de la infancia son experiencias dolorosas y traumáticas que dejan una huella emocional profunda y duradera en una persona, afectando su desarrollo, relaciones y autovaloración. Se originan por vivencias con figuras significativas y se manifiestan en la adultez a través de miedos, ansiedad, baja autoestima y problemas en las relaciones.
¿Qué son?
Son experiencias emocionales dolorosas que ocurren en la niñez.
Se producen porque los niños tienen menos herramientas para afrontar situaciones adversas y las interpretan de una manera que genera trauma emocional.
Aunque ocurran en el pasado, las heridas persisten en el presente y afectan la forma en que una persona piensa, se siente y actúa en la adultez.
Impacto en la adultez
Relaciones personales: Dificultad para conectar, miedo a la intimidad o a ser abandonado.
Autoestima: Baja autoestima, sentimientos de inutilidad o de no ser suficiente.
Comportamiento: Ansiedad, depresión, ataques de pánico, pensamientos obsesivos o conductas defensivas.
¿Cómo sanar las heridas de la infancia?
Reconocer y comprender: El primer paso es reconocer la herida y entender cómo te afecta en el presente.
Buscar ayuda profesional: La terapia psicológica es una herramienta clave para trabajar en estas heridas, entender su origen y desarrollar mecanismos de sanación.
Sanar al niño interior: Se trata de un proceso que permite a la persona adulta conectar con sus experiencias pasadas para procesarlas de una manera más saludable.
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Angeloterapeuta Sofía Salas
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