
02/09/2025
Tenía 40 años y siempre había tenido dolores de estómago después de comer, pero lo atribuía a “comer rápido” o a la comida picante. Con el tiempo, empezó a bajar de peso sin proponérselo y a sentir una acidez constante que los antiácidos ya no calmaban.
Una madrugada despertó con un dolor tan fuerte que apenas podía respirar. En el hospital le dieron la noticia que jamás esperaba: úlcera gástrica sangrante. El estómago, cansado de años de inflamación y descuido, había comenzado a sangrar por dentro.
Hoy vive con un tratamiento estricto y una dieta cuidada. Entre lágrimas dice:
“Si hubiera escuchado antes a mi cuerpo, no habría esperado a que el dolor gritara lo que ya me venía susurrando.”
🔺Imagen creada únicamente con fines académicos. Siempre consulta con tu médico de confianza ante cualquier duda.