04/07/2025
No siempre nos enfermamos por un virus, una bacteria o por mala suerte. A veces las enfermedades llegan por golpes emocionales muy fuertes, y que no se vieron venir.
Ejemplos:
Una muerte repentina, una traición, un susto, una pérdida material que dejó sin aire, un fuerte disgusto etc.... Y si ese impacto fue vivido muchas veces en soledad, sin palabras, sin comprensión, el cuerpo lo registra como un SHOCK BIOLÓGICO.
LA RELACION QUE TIENE UN IMPACTO EMOCIONAL Y LA APARICIÓN DE ENFERMEDADES SERÍAS.
Lo que los médicos científicos han descubierto marca para siempre a la humanidad.
Muchas enfermedades se originan por un evento emocional inesperado, vivido con gran intensidad y en aislamiento emocional. El cerebro, frente a un trauma profundo, activa un programa biológico especial de supervivencia que impacta en un área cerebral específica y se manifiesta en un órgano determinado. Muchas veces las enfermedades no son un error del cuerpo, sino una respuesta adaptativa a un conflicto no resuelto.
Si bien su enfoque ha sido cuestionado por no ajustarse a los protocolos científicos tradicionales, muchas de sus observaciones han sido respaldadas por otras disciplinas. La medicina psicosomática, la psiconeuroinmunología y la biodescodificación coinciden en que el cuerpo y las emociones están profundamente conectados.
Los conflictos emocionales sostenidos pueden alterar el equilibrio del cuerpo, afectando el sistema inmunológico, nervioso y endocrino, y generando enfermedades crónicas. Las emociones no se alojan solo en el cerebro, sino que se almacenan y circulan por todo el cuerpo.
“LAS EMOCIONES ESTÁN EN TODAS PARTES DEL CUERPO; SOMOS UN SISTEMA DE COMUNICACIÓN EMOCIONAL VIVIENTE.”
Los estados emocionales afectan la memoria, la toma de decisiones y el funcionamiento del cuerpo en general. Para él, el cuerpo es un espejo del estado emocional, y cuando ese estado es crónicamente negativo, puede desencadenar síntomas físicos muy reales.
Cada tipo de conflicto emocional afecta un órgano distinto. Una pérdida significativa e inesperada y sin apoyo profesional, puede atacar los pulmones.
Un conflicto de territorio, la próstata o el útero.
Una separación abrupta, la piel o las mamas. NO ES MAGIA NI SUPERSTICIÓN: ES BIOLOGÍA CARGADA DE EMOCIÓN.
Por eso, somatizar es una trampa silenciosa. Porque muchas veces se cree que se está bien solo porque se sigue adelante, sin hablar del tema, sin llorar, sin darle nombre a lo que de verdad duele. PERO EL CUERPO RECUERDA. Y SI NO SE LO ESCUCHA, GRITA.
Este no es un llamado a dejar la medicina, sino a integrar la mirada emocional en el proceso de salud. No se puede sanar completamente si se trata sólo el cuerpo y se deja el alma en silencio. PORQUE LO QUE NO SE NOMBRA, SE ACTÚA. Y LO QUE NO SE LLORA, SE INFLAMA. Y LO QUE NO SE COMPRENDE, SE ENQUISTA.
“Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el cuerpo lo vivirá como destino.” Sanar implica ir más allá del síntoma. Implica preguntarse qué mensaje está trayendo la enfermedad. Qué duelo no se ha hecho y trabajado correctamente. Qué miedo no se pudo nombrar. Qué herida se sigue tapando. Porque cuando el cuerpo habla, no está castigando: está pidiendo auxilio.
Por favor tómenlo en consideración, sobre todo estando en proceso de duelo.
Tanatologa
Araceli Martínez Castillejos