20/05/2025
Hoy, en esta fecha que celebra nuestra labor, no puedo evitar detenerme un momento y mirar hacia adentro, hacia ese lugar desde donde nació este amor tan profundo por acompañar, por escuchar, por sostener a otros en sus procesos de vida.
Ser psicólogo no es solo una profesión para mí. Es un acto de entrega, un compromiso con la humanidad, una forma de estar en el mundo con los ojos y el corazón abiertos.
Cada vez que alguien entra al consultorio y decide confiarme su historia, sus miedos, sus heridas, sus sueños, siento que estoy presenciando algo sagrado. No hay rutina posible cuando se trata de lo humano. Cada encuentro es único, y me transforma también a mí.
Amo dar terapia. Amo el silencio que sostiene, la palabra que alivia, la mirada que contiene. Amo ver cómo, incluso en el dolor más profundo, hay una chispa de vida que insiste, que resiste, que quiere sanar. Amo ser testigo de la valentía de quienes se atreven a mirarse, a cuestionarse, a reconstruirse.
En este día, más que celebrar lo que soy, quiero agradecer:
A quienes han confiado en mí su mundo interior.
A quienes han llorado, reído, dudado, gritado, y vuelto a intentar.
A quienes me han enseñado que la psicología no es solo teoría, sino un arte lleno de humanidad.
Gracias por permitirme hacer lo que amo.
Gracias por recordarme, cada día, por qué elegí este camino.
Feliz día del psicólogo ❤️