
11/02/2025
México enfrenta una grave epidemia de obesidad infantil que, en los últimos años, ha encendido las alarmas en el sector salud. De acuerdo con datos recientes, 1 de cada 3 niños en edad escolar sufre de sobrepeso u obesidad, una condición que, de no controlarse, puede desencadenar problemas graves de salud en la edad adulta, como diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y problemas de desarrollo. La obesidad infantil no es solo un problema estético, es un riesgo para la vida.
Entre las principales causas se encuentran los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo, muchas veces iniciados en el hogar. Las dietas ricas en alimentos ultraprocesados, altos en azúcares y grasas, se han vuelto comunes, mientras que las actividades físicas al aire libre han sido desplazadas por el uso excesivo de dispositivos electrónicos. Esta combinación de factores crea el ambiente perfecto para el aumento descontrolado de peso en los niños, quienes son especialmente vulnerables a desarrollar enfermedades crónicas a temprana edad.
El papel del hogar es clave en esta problemática. La educación nutricional debe comenzar desde la infancia, promoviendo el consumo de alimentos frescos y naturales, además de establecer rutinas que incluyan actividad física regular. Los padres y cuidadores son los principales ejemplos para los niños, y pequeños cambios en el entorno familiar, como reducir el consumo de bebidas azucaradas y dedicar tiempo a jugar al aire libre, pueden marcar una gran diferencia en su salud.
Combatir la obesidad infantil requiere del esfuerzo conjunto de familias, escuelas y políticas públicas. La prevención es la herramienta más poderosa para evitar que esta epidemia continúe creciendo. Fomentar hábitos saludables hoy significa construir un futuro donde nuestros niños crezcan fuertes, saludables y libres de enfermedades relacionadas con la obesidad.