
28/07/2025
Comprender no te convierte en sumiso.
Ser amable es una virtud, no una invitación a que te pisen.
Cuando callas ante quien te hiere, estás abdicando de tu voz
por mantener una etiqueta que no tiene que ver contigo.
Muchas personas llegan a consulta diciendo:
“Soy buena gente, me esfuerzo… pero sigo sintiéndome roto.”
Y eso no es suerte. Es víctima del algo que parece noble:
ser amable, sobre todo cuando ya no hay razón.
Algunos merecen tu silencio. Otros no merecen ni tu atención.
La clave está en saber la diferencia.
Tu voz importa. Defiéndela con ojos abiertos.