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CITA CON LA MUERTEEl capitán carrancista Fortino Sámano, su cita con la muerte y su inolvidable fusilamiento en 1917.Aut...
12/09/2022

CITA CON LA MUERTE
El capitán carrancista Fortino Sámano, su cita con la muerte y su inolvidable fusilamiento en 1917.
Autor: Arnulfo Inesa Ortega
Relatos e Historias en México número 99

El nombre de Carlos Fortino Sámano, un capitán del Ejército Constitucionalista, ocupó los principales titulares de la prensa del Distrito Federal el 28 de febrero de 1917, al darse a conocer la comisión de un delito que en otras circunstancias no hubiera sido considerado grave, pero que con la reciente legislación penal significó el fin de su carrera militar.

Era un robo más de los muchos que se daban en la ciudad, pero, para desgracia del capitán Sámano, una ley de octubre de 1916 establecía severas p***s para este tipo de delitos, los cuales podían estimarse aún más graves cuando eran cometidos por miembros de las tropas del Primer Jefe, Venustiano Carranza.

Después de la indagatoria y juicio pertinentes, el jurado militar condenó a Sámano a la pena capital por el delito de robo con violencia. De tal modo que a las 11:30 de la mañana de aquel 28 de febrero, custodiado por miembros del Batallón Supremos Poderes, el capitán fue llevado a uno de los departamentos de Palacio Nacional, entonces ocupado por otros reos que serían ejecutados como resultado de su culpabilidad en la comisión de diversos delitos.

La última esperanza

El condenado tomó asiento cerca de una pequeña mesa, donde le permitieron platicar con sus acompañantes. No obstante que el capitán aparentaba tranquilidad, sus familiares y amigos, con el fin de animarlo, le comentaban que aún había esperanzas de obtener un indulto de Carranza. Los comentarios se confundían con los ruegos y oraciones de su madre; otros de los visitantes aprovechaban la oportunidad para despedirse del amigo.

Por su parte, Sámano les repetía lo que le había confesado a su abogado: “No temo a la muerte porque la ley tiene que cumplirse; sabré morir como un hombre y sólo les pido que digan a mis amigos que me guarden un buen recuerdo”. Su voz, segura y firme, denotaba el valor del militar; estaba acostumbrado a ver la muerte, a desafiarla, a engañarla. Entonces, el reo permanecía impasible.

Al despuntar las primeras horas del 1 de marzo, el día previo a la ejecución, despertó tranquilo. Luego caminó como quien se prepara para pasar revista. Saludó a los soldados y con aire jovial les dijo: “Pocas horas me faltan, muchachos; hay que ir entero al paredón; que no se diga que los soldados constitucionalistas no saben morir como mueren los hombres”.

Mientras tanto, su abogado hacía gestiones ante el gobierno carrancista para salvarlo, pero éstas se estrellaron ante la inflexibilidad de don Venustiano, por lo que la esperanza de exculparlo vino a tierra, y defensor y parientes del capitán, incluso él, se convencieron de que la sentencia dictada por el jurado militar habría de cumplirse irremediablemente.

Un reportero de El Demócrata logró entrevistar en las primeras horas de la tarde al capitán Sámano, que había sido introducido a la capilla en el garitón de la puerta central de Palacio Nacional. El reo cenaba en esos momentos en compañía de su madre y su esposa. Al informarle quién lo visitaba se levantó y con afabilidad le tendió la mano. El reportero escribió: “Vestía de uniforme kaki; es alto, joven amable, con barba y bigote negros”. Luego le preguntó: “¿Tiene usted algunas declaraciones que hacer a la prensa?”.

—Sí, señor —contestó—, debo declarar a usted que aun cuando voy a morir mañana y me quedan pocas horas de vida, no tengo miedo a la muerte, pues sé que tarde o temprano debo morir; sólo me pesa dejar la vida por una calumnia de uno de los enemigos de nuestra causa, que me acusó de un delito que no he cometido. Me pesa doblemente porque mi padre fue un hombre honrado, y con el delito por el que se me castiga se manchará su nombre. Dejo a mi madre, esposa e hija que tendrán algún día la prueba de mi inocencia.

Su voz revelaba emoción profunda y tranquilidad, de acuerdo con la crónica. “No olvide usted decir que soy inocente, pues serán mis últimas declaraciones. Mañana, antes de marchar al patíbulo, leeré El Demócrata para ver lo que dice usted de mí”, agregó Sámano.

En la antesala de la muerte

El día del fusilamiento, 2 de marzo, desde las ocho de la mañana decenas de curiosos se agolparon frente a la puerta central de Palacio Nacional. En la prensa se menciona que hacían comentarios sobre la valentía de Sámano y la hora en que sería ejecutado; incluso aseguraban que la Comandancia Militar de la zona ya había librado órdenes en el sentido de que fuera suspendida su ejecución.

Mientras, en la capilla, a las 9:20 a.m. el capitán de la escolta manifestó a Sámano que ya era hora de que estuviera listo, que el momento se aproximaba: “Cuando usted guste –contestó enfático Fortino–, ya he arreglado mis asuntos; me he despedido de la familia, de los amigos; ahora sólo me queda ir al paredón como van los hombres”. En seguida se llevó a cabo la ejecución.

Las fotografías las tomó Agustín Víctor Casasola (1874-1938). Este reportero gráfico fue uno de los más activos durante la Revolución y uno de los primeros fotógrafos históricos mexicanos, que es conocido por haberse dedicado a documentar buena parte de la Revolución Mexicana.

Fueron dos fotografías de un instante que desembocaron en un último momento: la muerte de Fortino fumando.

En la otra imagen, el condenado espera la descarga del pelotón. Sombrero en mano, cuerpo erguido y mirada tranquila, como diciendo a los soldados y al pequeño grupo de curiosos: “si toca morir, así es como se hace: sonriendo a la muerte”.

La primera instantánea ha sido expuesta en galerías de Europa y una copia forma parte de la colección del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. También fue reproducida en la prestigiosa colección Photo Poche (núm. 52, dedicado a Agustín V. Casasola), del Centro Nacional de Fotografía en París. El original se resguarda en la Fototeca Nacional del INAH.

VICTORIA DORNELAS: LA HISTORIA DE LA MUJER QUE INSPIRÓ LA ALEGORÍA DE LA PATRIA.En los libros de texto gratuito, de la d...
05/09/2022

VICTORIA DORNELAS: LA HISTORIA DE LA MUJER QUE INSPIRÓ LA ALEGORÍA DE LA PATRIA.

En los libros de texto gratuito, de la década de 1950 y 1960, se hizo famosa la portada de una hermosa mujer indígena, que en una mano empuñaba una bandera nacional y en la otra mostraba un libro abierto; es un óleo titulado “La Patria”, pintado en 1962, por Jorge González Camarena. La modelo que ahí aparece, tiene una historia que resulta divertida, aunque para ella no tanto.

Cuando la conoció el pintor mexicano Jorge González Camarena, quedó embelesado por aquella belleza de princesa indígena y pensó que podría servirle como modelo para muchos de sus cuadros sobre México. Llegó a abordarla y proponerle que fuera su modelo, pero entonces la joven de tan solo 18 años.

Aterrada le contó su situación al pintor. Resultó que estaba casada con el guardaespaldas de un político local, un hombre brutal y salvaje; cuando éste se tenía que ausentar por algunos días, descargaba su pi***la a los pies de la pobre chica, que saltaba mu**ta de miedo para evitar que le tocara alguna bala.

Ésta era la forma que tenía aquel energúmeno, para hacerle saber a la muchacha, lo que le pasaría si la encontraba con otro. “Olvídelo”, si mi marido descubre que estoy posando para usted, al día siguiente habría dos entierros, le advirtió la doncella azteca a González Camarena. Pero el pintor no cejó en sus intentos de convencer a aquella belleza, para que se decidiera a posar para él; vigilaba las salidas y entradas del pistolero aquel, aun a costa de su vida y de la vida de la joven. ¡Todo fuese por amor al arte!.

Hasta que un día vio que en la casa de la joven había un velorio, lo primero que pensó fue que aquel barbaján la había matado en una de sus danzas macabras, amenizadas por las descargas de su pi***la. Pero no, el difunto era el marido que había caído mu**to en un tiroteo con los de su calaña.

González Camarena muy repuesto, esperó a que pasaran los 40 días de luto y por fin pudo abordar a aquella viuda feliz, siendo así como Victoria Dornelas, se convirtió en “La Patria”, en los libros de texto gratuito y en algunos cuadros más. Su imagen apareció en aproximadamente 400 millones de ejemplares de libros de texto gratuito, de 1962 a 1972.

Pintada por Jorge González Camarena, en un óleo sobre tela, de 120 x 160 centímetros realizado en 1962 que muestra una figura materna, una mujer protectora, fuerte, que tiene los brazos abiertos y al mismo tiempo es cobijada por las alas del águila mexicana, la bandera tricolor de nuestro país y en una mano sostiene un libro en donde se desprende la sabiduría para el pueblo.

Entonces tenía 18 años y era originaria del estado de Tlaxcala. Trabajaba como mesera de un bar donde asistían pintores e intelectuales de la época. Ahí, ella conoció al Dr. Atl, a Jorge González Camarena y a Diego Rivera. También posó para muchas obras más del artista González Camarena, quien fue subyugado obsesivamente por la sensual belleza de la indígena morena.

No se puede precisar cuál es o fue el destino de Victoria Dornelas. Se llegó a decir que, separada de González Camarena, fue compañera del escultor, pintor y poeta Cutberto Escalante, con quien vivió en San Martín Xaltocan, Tlaxcala, aficionada al alcohol, hasta morir, víctima de cirrosis después de una glamurosa vida en Paris.

Además de ser la famosa patria, se internacionalizó su imagen en el mural “Integración Latinoamericana” que González Camarena pintó en el interior de la Universidad de Concepción, en Chile, por encargo del Presidente Gustavo Díaz Ordaz, inspirado en el poema de Pablo Neruda titulado Canto General, donde el rostro de Victoria aparece varias veces en diferentes dimensiones.

En 1972 la imagen de Victoria Dornelas fue retirada de la portada de los Libros de Texto Gratuitos de educación primaria y se volvió a imprimir en los polémicos libros de Historia en 1992 durante el gobierno de Ernesto Zedillo, pero ni en la primera ni en la segunda época en que aparece en la portada de los libros de texto, se hace señalamiento alguno a la modelo que de alguna manera está emparentada con la bohemia artística del México en el que habitaron mujeres compañeras de grandes pintores como Frida Khalo con Diego Rivera, Nahui Hollín con Gerardo Murillo (el Dr. Atl) y Tina Modotti con Javier Guerrero.

¡ARRIBA ROGACIANO CALDERA!...-¡Ese toro lleva dos cartones de cerveza por cola! -¡En la cola tiene un baile pa' la noche...
29/08/2022

¡ARRIBA ROGACIANO CALDERA!...-¡Ese toro lleva dos cartones de cerveza por cola! -¡En la cola tiene un baile pa' la noche! -le seguían gritando los espectadores.
Por José Ramirez.

Muy mentados eran aquellos rodeos que se hacían en Huejuquilla en honor de los charros de Mezquitic, años antes que empezara La Cristiada. El pueblo era de ellos. Ninguna tienda les cobraba lo que pedían. Los bailes y las coleadas eran nomás pa' los de Mezquitic. Todo mundo se desbarataba en atenciones para con ellos.

En Huejuquilla había muy buenos coleadores y jinetes. Los enseñaban a montar desde chiquillos. Mire, yo vi a don Trino Caldera arriarle los Toros a Rogaciano, su hijo, chiquillo diatiro, de unos dieciséis años por ai. Chicotazos recibía el caballo y también Rogaciano si no hacía las cosas como debían de hacerse. Recios los hombres de entonces, pero enseñaban.

Por donde quiera que se hacían rodeos, aquello era una fiesta. Una vez hubo uno en Santa Rosa, allá por Guazamota. Lo hicieron en honor de mi compadre Salvador Arellano. La coleadera era en grande. Mucho vino, como ochenta toros y muchos coleadores. En eso llegó por ahí don Rogaciano Caldera ya hombre madurito.

Venía en una mula colorada, vieja; llevaba su ropita en una funda de manta que se acomodaba aquí, por delante de la silla.
Por cierto, el andaba noviando con una Cuca ai de Guazamota. Mi hermana Carmelita, su mujer, se había quedado en Huejuquilla cuidando a sus muchachos, ya grandecillos. Como Rogaciano no era de mal ver, las muchachas le hacían caso. Él les decía que era soltero. Bien que se sabía divertir el hombre ya le hablaba hasta de casorio a la Cuca, oiga, oiga. Bonita muchacha, era de las reinas del rodeo.

El primer toro fue pal de la fiesta, pa mi compadre Salvador. Se lo habían adornado con collares de naranjas y guayabas, papeles de colores y listones por donde quiera. Era un torazo como de quinientos kilos. Mi compadre, para colocarlo, le había hecho tres envites; pero no, ni siquiera. Parecía que aquel animalazo ni se daba cuenta. A veces ni la cola le alcanzaba a agarrar. Por allí apareció un chaparrito mitotero y gritón que se animó a colear tamaño animal, pero salió el pobre con el brazo desencajado. Y pos, como que allá por Guazamota no hay charros, que digamos.

En eso pasó Rogaciano frente al palco de las reinas, despacito, en su mula. Pa' luego mi compadre empezó a gritar:
-¡Pásele don Rogaciano! y la gente empezó a alborotar.
-¡'Echenle el toro compuesto a Rogaciano!
-Dizque esos arribeños son muy malditos. ¡Échenle el toro!
-No -dijo Rogaciano-, yo no traigo ni caballo.
-Aquí le prestamos el caballo que más le guste.
Les sobraban ahí caballos, de los mejores. Todavía montado en su mula, les dijo:
-Si quieren que le dé una carrera al toro, préstenme el caballo que trai Gabino Arellano.

Era un caballo prieto, no muy alto, ancho el animal. Rogaciano ya había visto que el caballo salía de la coleada y le sobraban patas.
-Apéate del caballo, Gabino. Y pásaselo a don Rogaciano que va a coliar el toro compuesto -le dijo mi compadre.

Don Rogaciano encargó sus hilachas; desmontó, despacito, sin prisa.
-¡Pónganle las espuelas!
Ni eso llevaba. Se subió al caballo. Se embarbiquejó el sombrero abajeño. Le dio un entre al animal que pareció que volaba. Se metió al Toril. Ya le tenían el toro lazao. Desde el palco le hacía grita don Román Muñoz, Dios lo haiga perdonado. Él era el profesor de la escuela de Santa Rosa.
-¡Lo queremos coliado aquí, enfrente de las reinas!

El toro se dejó venir, señores. El caballo de Rogaciano se paró derecho y de una zancada se repegó al toro. El jinete carreriaba con un chiflidito al toro pa' que se apretara. Echó un grito ladino, lo pachonió, se tendió abajo y, mire, levantó al animal casi en el aire. Oiga, y cayó como costal de papas en un polvaredón. Se oyó el cabronazo en el suelo, enfrentito del palco. Ahí quedó voltiado al revés, mirando patrás, pal toril. Se enderezó despacio y en vez de jalar pal anillo de abajo, se devolvió pal toril y se metió de nuevo, muy lento.

-¡No la hizo a la buena! -empezó otra vez la grita- ¡El toro se tropezó, se cayó solo!
-¡Pura chiripada!
-¡Por eso se devolvió el toro, pa que se la hagan buena!
-¡Quiere la revancha!
-¡Que lo vuelva a tumbar en el mismo campo, a ver si es cierto que los ''chuales'' son tan malditos!
Rogaciano pensaba que había cumplido, pero no lo dejaron desmontarse del caballo.
-Pos a ver si se deja -dijo entre dientes.
-¡Ese toro lleva dos cartones de cerveza por cola!
-¡En la cola tiene un baile pa' la noche! -le seguían gritando los espectadores.

Oiga, no hubo remedio. Rogaciano se acomodó su sombrero y entre vivas y gritos se metió al toril. Ya se lo tenían otra vez lazado. Y ai va el toro bufando recio; se sentían las pisadotas. Rogaciano, con su mismo chiflidito, arriándolo, agarró muy a tiempo la cola, por abajo, echó otro grito, se abrió y otra vez volvió a rodar el toronón aquel, enfrentito de las reinas. Ahí, en el mismito campo.

Se soltaron las dianas y el griterío en grande.
-¡Ese es mi gallo!
-¡Esos no se dan en maceta!
¡Ora le cumples, Ponciano!
-¡Ese los tiene como los del toro!
-¡Arriba Rogaciano! ¡Arriba Huejuquilla!

Despacito, como sin quererlo, Rogaciano subió al palco. Las reinas le aplaudían y a cual más quería ponerle las bandas. Bajó como un altar en día de fiesta, lleno de moños, ramos y listones.
-¿Quién le ve? -decían- parece que no quiebra un plato. Y le ofrecían trago y lo invitaban al baile, pero a Rogaciano nunca le gustaron esas fiestas.

Se montó en su mula güerona y se perdió entre la gente.

Historia tomada del libro PLÁTICAS DE MI PUEBLO
Relatos Publicados En Mi Pueblo (1978-1998)

Nota: Si se me pide o se me reclama que retire la presente publicación inmediatamente obedeceré respetando el reclamo del autor.

CRISTOBAL COLON RUIZ...Nos cuenta su experiencia con el grupo LOS ASTROS.Por ángel Aguilar González.Poco antes de mis in...
23/08/2022

CRISTOBAL COLON RUIZ...Nos cuenta su experiencia con el grupo LOS ASTROS.
Por ángel Aguilar González.

Poco antes de mis inicios con la agrupación, los señores Pérez de Mala Noche fundadores del grupo Los Astros,. invitan al grupo Los Esclavos a grabar con ellos, éstos les dicen que no, que mejor buscaran a un muchacho que estaba en León, refiriéndose á mí.
Ellos fueron allá, platicamos, enseguida me hicieron una prueba en el piano, luego que me escucharon tocar me dicen "te invitarnos".

Para estos momentos yo tenía amigos en León con los que tocaba en eventos, ya tenía mis saliditas en fiestas con un órgano que rentaba, tocaba en eventos tipo Juan Torres, me acompañaban dos personas, uno era Alberto López, otro se llama Juan Manuel Aguilar batería y bajo, entonces cuando llegan los Pérez ya tenía personas para meter al grupo.. . y me emocionó mucho hacerlo, eran de mi tierra y siempre piensas que cuando te llega una oportunidad de estas no la debes dejar ir.

¡Ellos ya traían el contrato para ir a grabar!, la voz de este señor era excelente, antes se manejaban por voces, .aunque tocaras feo.
Para eso, el productor de la CBS, en la ciudad de México, le dijo "quiero que grabes, nada más júntate, un buen grupo", así le dijeron, ensayamos un mes en León y nos metimos a grabar inmediatamente, y luego luego nos pegó una canción "Mala, Malita".

Después pegó otra canción que fue un trancazo internacional "Por qué no fui tu amigo", estos inicios fueron en 1973, de ahí para delante hubo giras por todo México, Estados Unidos, Centroamérica, Perú, Ecuador, fue un trancazote tremendo, "Por qué no fui tu amigo" nos abrió las puertas en todo Estados Unidos.
Durábamos seis meses de gira allá.

En Estados Unidos pegaba mucho la música popular mexicana
de ciertos grupos. Había tres importantes que son los que inician la música grupera aquí en México, que eran Los Baby's, Solitarios y Fredy's, después salen Los Muecas y Los Astros.

Los Baby's son los que nos introducen a Estados Unidos a trabajar, nosotros alternábamos con Los Muecas muy seguido y con Los Angeles Negros en Estados Unidos, esas giras eran excelentes, éramos unas estrellas, no te imaginas cómo la comunidad mexicana en Estados Unidos te veía como un ídolo, ahorita ya está muy quemado todo eso, además había mucho dinero.

Regresamos a México, teníamos mucho trabajo, giras, contratos, la canción ''Porque no fui tu amigo'' seguía muy fuerte; tuvimos que vivir en la ciudad de México donde rentamos una casa en Santa María la Rivera, muy bien la casa, nos cobraban seis mil pesos mensuales, tenías que vivir en un lugar así ¡eran Los Astros!.

En México éramos los número uno en las estaciones de radio, en ese tiempo nacen Los Bukis y Rigo Tovar, nada mas que en diferentes estudios de grabación, peleábamos el primer lugar con Los Bukis, ellos con "Falso Amor" lo recuerdo muy bien.

Después hicimos una gira por Michoacán, ¡Los Bukis nos abrían! ya que seguía muy fuerte "Por qué no fui tu amigo". Para eso me hice muy amigo de Marco Antonio Solis, recuerdo que le gustaba mucho la cerveza.

También entramos a la televisión, hicimos dos programas de "Siempre en Domingo" como estrellas, la misma CBS pagaba para que nos sacarán allí, en ese tiempo había un pizarrón que decía "Artistas CBS en acción", estaba primero Vicente Fernández, Manuela Torres, Gualberto Castro,, Sonora Santanera y Los Astros.

Éramos importantísimos, era él grupo consentido de CBS; Nos presentaban en el Mercado de Discos, antes sí se compraba el disco. En San Juan de Letrán, cerca de la Latinoamericana, el representante nos rentaba una limusina para que llegáramos, era un full, la gente se amontonaba, había gritos, desde luego que esta gente ''los ejecutivos'' sabían cómo hacerle, la Sonora Santanera llegaba en su autobús, llegaban y se bajaban y era una locura.

Repartíamos autógrafos la Sonora y nosotros, para eso lo anunciaban en el radio, el Mercado de Discos era un edificio completo de discos, en la parte de arriba había un salón de juntas y allí conviví mucho con los de la Sonora Santanera, eran mis ídolos, además de que estaban muy fuertes, ya tenían veintitantos discos.
La verdad es que esos momentos no los cambio por nada.

Ya después llegabas a la casa y como si no fueras nadie ¡yo me subía al metro y nadie me pelaba!, ap***s tenía 21 años.

En todo el pacífico teníamos muchos fans, llenábamos salones, desde Nayarit hasta arriba; con otros éxitos, pues en la parte de Sinaloa pegó mucho "Adiós Mazatecla " llenábamos muchos lugares, en Fresnillo no se diga, ese Casino Fresnillo lo abarrotábamos, la gente se quedaba afuera, tocábamos con un grupo de allí que eran Los Purépechas, allí en Fresnillo también tocarnos con Los Felinos, eran giras intensas, estábamos muy chavos, casi no manejábamos el asunto del dinero.

Sólo duré tres años con los Astros, tuvimos ciertos problemas, ellos contratan otros músicos de Fresnillo y siguen. Esta es una parte de la historia real y mi final como integrante del grupo Los Astros, regresé a León pues ahí ya había echado mis raíces.

Entrevista realizada por Angel Aguilar González al Maestro Cristobal Colón Ruiz en Diciembre del 2011.

HISTORIA TOMADA DEL PERIÓDICO ''EL VALLE'' UN PERIODICO PARA TODOS
31 DICIEMBRE DEL 2011.

NUBE RUBÍEsta es la la nube que a Vidal Estrada lo tenía emocionado, es la nube que inmediatamente fotografíe antes que ...
17/08/2022

NUBE RUBÍ
Esta es la la nube que a Vidal Estrada lo tenía emocionado, es la nube que inmediatamente fotografíe antes que se alejara mas de la torre de la iglesia.

NUBE RUBÍ...Así la llamaban los labriegos a pesar de que nada tiene de rojo, su belleza singular consiste en su amplitud y altura y que sola se yergue con plateada faz resquebrajada o que mejor parece un despeñadero de explosión de luna llena.

LA NUBE RUBÍ...Hoy voy a recordar una bonita anécdota que tuve con Vidal Estrada en el 2016Era Agosto del 2016, cuando u...
16/08/2022

LA NUBE RUBÍ...Hoy voy a recordar una bonita anécdota que tuve con Vidal Estrada en el 2016

Era Agosto del 2016, cuando un lunes por la mañana en el que había un clima fresco y un día soleado, yo me encontraba en el jardín municipal, cuando en ese momento se me acerca Vidal Estrada, se notaba entusiasmado, con gran emoción y algarabía me señala hacia la torre de la iglesia de la Purísima Concepción.

-Mira esas nubes Martin, en una de ellas viene una nube Rubí, mírala bien, ve que nube tan bonita, mira que grandota está-

Ya hace tiempo en una ocasión Vidal me había hablado de esas nubes, esa vez le tomé una foto a la nube porque sinceramente era espectacular, era hermosa, enseguida la publiqué en mi página, por hay debe estar entre la multitud de fotos que les e compartido.

Fue así que al señalarme Vidal la nube blanca que se mostraba enorme y bella muy detrás de la Torre aproveché para pedirle que me platicara lo que la hace tan especial.

Las respuestas que me dio eran buenas pero las sentí algo confusas, pues a Vidal le ganaba el entusiasmo por platicarme de la nube

-Ve la nube Martin, ve que grande es, ve que blanca esta, ve que colores tiene, esa nube es diferente a las demás, esa nube trae mas nubes que sueltan mucha agua, la tierra se llena de sapitos, muchos sapitos, se suelta un aguacero muy fuerte, es bravo y a veces causa daño donde cae, pero es una nube buena, la gente, los campesinos la quieren mucho porque trae agua que ayuda al campo, esa agua los llena de esperanza-.

Vidal continuaba con la platica como si en ese momento estuviera en su infancia.

-Mi apa se ponía contento cuando miraba una nube Rubí, mira Martin pregúntale a la gente de antes y te dirán lo contentos que se ponían cuando miraban que había una nube Rubí-.

-Esa nube Rubí no tarda en pasar por el Valle y va a traer agua brava pero es agua buena, ya lo vas a ver Martin, va a pasar por el Valle como a eso de las 6:00 de la tarde, y vas a ver cuanta agua va a caer en las calles, vas a ver que es una nube Rubí la que va a llover en el Valle-.

Fue coincidencia o fue que Vidal habló por la experiencia de su papá y de él mismo. Lo que haya sido, pero a eso de las 6:00 de la tarde comenzaron unos fuertes truenos, enseguida una lluvia rara, mucho viento con bruma y grandes gotas de agua, el aguacero fue acelerando su intensidad hasta convertirse en una lluvia muy violenta, tal vez duró unos 20 minutos.

Mientras miraba caer la lluvia estuve recordando todo lo que me dijo Vidal, me dejó asombrado por la exactitud de lo que me contó de la nube Rubí.

2 AGOSTO 2016

DON MANUEL BARRIOS DOMÍNGUEZ...Cuando el diluvio del 25 fue puro llover y llover.Nací el 8 de junio de  1914, mis papas ...
08/08/2022

DON MANUEL BARRIOS DOMÍNGUEZ...Cuando el diluvio del 25 fue puro llover y llover.

Nací el 8 de junio de 1914, mis papas fueron Secundino Barrios Guerrero y Longina Domínguez, mí papá era de San Mateo y mi mamá del Salto, Jiménez del Teúl, allí fue donde yo nací.

Por algunas cosas que fueron necesarias nos venimos para acá en 1923, yo 'tenía 9 años, éramos 15 hermanos, llegarnos directamente a la cabecera municipal, y luego luego de sembrador al campo acá en San Agustín del Vergel, hasta fines del 24 nos posesionamos allí en San Agustín.

Estuve hasta el año 25 en la escuela, eran escuelitas particulares, nomás estábamos 5 o 6 meses en la escuela y luego ya salía uno y derechito pos a las siembras, a ver los animales, me acuerdo de la profesora Francisca Chávez, fue la primera que tuvimos, asistían los niños y niñas de allí mesmo.

La Hacienda ya estaba decaída, aun estaba en ese lugar el patrón Manuel Felguérez, papá de Manolo, cuando caímos allí a fines del 23 todavía no estaban repartidas las tierras, eso fue a fines del 25.
Como le digo ya en ese tiempo estaba muy decaído todo, don Manuel Felguérez grande se había ido antes de la Revolución Cristera, sabe a dónde se iría, nomás dejaron al Administrador cuidando la Hacienda, era Francisco Gurrola.

Cuando don Manuel Felguérez regresó ya traiban a Manolo chiquillo, añejíllo, como de un año, quien lo lidiaba tendría unos doce o trece años, siempre acompañado de doña Consuelo Barra la mamá, mire don Manuel regresó, no estoy seguro, sí el 30 o 31, traía chiquito a Manolo, había bastante gente viviendo en San Agustín, la Casa Grande era muy bonita, con mucha extensión, había muchos regadíos ya que había mucho agua.

Si conocí muy bien al Tolo Franco, quien acaba de cumplir 105 años, trabajaba en la Hacienda en compañía del papá. En el 37 nos venimos para acá a San Juan, mi papá compró aquí.

De la Cristiada nomás oía decir, a nosotros no nos molestaban, oíamos decir que había ese movimiento, conocí a don Pedro Quintanar, lo conocí allí en el pueblo, me dijeron ese señor es Pedro Quintanar, ya después no se me olvidaba, era un hombre no de mucho cuerpo, así regular nomás, sabían pasar por San Agustín, no ríos molestaban.

En ese tiempo conocí al Padre Arroyo, él estaba allí en la Parroquia, era una persona muy buena, muy querida de la gente, de la niñez pues, íbamos a la doctrina y nos daba dulces; a Rigoberto Valdés lo conozco por la leyenda, sí oí hablar de él, que era un señor de muy buen sentido, de mucha capacidad, que sabía bien de lo que iba hablando.

Me casé con Jovita Caldera, la conocí en el mero terrenazo, allí en San Agustín, yo tenía 20 años y ella 18, duramos como 2 años de novios, éramos re sacadores, nos veíamos muy poco, no había remedio y me la robé... venía del Rosario, y pensé... pos que se haga lo que se tenga que hacer, ese es buen remedio pa uno que esté enamorao.

Luego, cuando nos casamos el Presidente era don Enrique García de Lobatos, aquí fue la misa en la Parroquia, la boda fue en grande, de días, boda, tornaboda y toda la cosa, allí fue en San Agustín del Vergel.. .ya tenemos 75 años de casados.

También conocí a Eligía Pichardo, era hermana de Chona de Fidel, cuando la conocí fue en San Agustín, después ya no supe pa donde ganaron, después por acá en el pueblo la vi, bueno la cosa es que nos casamos Jovita y yo, tuvimos 5 hijos, 36 nietos, 97 bisnietos, 15 tataranietos.

Nos venimos a San Juan, a trabajar en el campo, maíz y frijol, cosechábamos el membrillo, manzanas, durazno, acá venían a comprar del pueblo, luego se fue acabando, faltó el agua, entonces no había pozos y teníamos mucha agua.

El Diluvio fue en el 25, casi al terminar el año, nosotros vivíamos en San Agustín pero entonces estábamos en un ranchito de, aguas, fue una lluvia que no cesaba, lo más de diciembre fue de llover y llover y unos poquitos días de enero, casi todo lo que fue construido con techos de tierra se vinieron abajo, dicen que hubo muchos destrozos en el pueblo, mucha gente se favoreció en la Parroquia y en la Casa de las Rivas, allí en la calle Hidalgo.

Conocí a comerciantes como Remigio Avila, Tacho Barrios, Victoriano Hurtado, por acá por este lado, ya se habían acabado esas Haciendas de San Miguel y San Mateo, los Llaguno yo creo que desde hace tiempo se habían ido de aquí.

Yo, ya estoy viejo, nomás me la paso comiendo y durmiendo, así tengo como 15 años, hoy Valparaíso está muy reformado, gracias a Dios que me permite todavía estar aquí.

Articulo tomado del periódico ''EL VALLE'' Un Periódico para todos.
Director: Angel Aguilar González.
Articulo publicado el 15 de Marzo del 2011

LA CORONELA CARLOTA GARCÍA...Esposa del general Tomas Domínguez.La acompañaban dos revolucionarios, uno, cargando un can...
02/08/2022

LA CORONELA CARLOTA GARCÍA...Esposa del general Tomas Domínguez.

La acompañaban dos revolucionarios, uno, cargando un canasto grande, cubierto con una servilleta muy linda y el otro, una pierna de vaca. Ella llevaba un sobre en la mano que le entregó a don Manuel Gurrola. Contenía $500 en billetes villistas.
Inmediatamente después, La Coronela ordenó: –Dígale a su papá que ponga su volantín y que consiga unos buenos músicos, a ese Juan Padilla tan nombrado.

Hacia la media noche de ese mismo día, al concluir sus trabajos, los músicos se apersonaron y tocaron Las mañanitas, La cucaracha, El pagaré y El Caballo Mojino, entre otras. La Coronela quedó encantada, la acompañaba Martina, esposa del General Santos Bañuelos, y así pasaron toda la noche hasta que amaneció.
Pasado el almuerzo, se despidió cariñosa y recomendó al pueblo que se portara bien o usaría la fuerza bruta para ponerlo en paz.

En una ocasión, Quirino Bueno, junto con 50 de sus amigos, subió al volantín. Se divirtieron más de tres horas sin pagar. Carlota lo cintareó y le sentenció:
–Pagas el tiempo en el que gozaron tú y tu chusma o te mando fusilar.

La Coronela desempeñaba funciones de presidenta municipal, jueza, policía, consejera en momentos de tribulación del pueblo; era amiga amable de los niños y de las familias más pobres, que nunca dejó de proteger.

Para el 5 de mayo de 1913, Valparaíso era un campo libre, nadie respetaba nada. Los revolucionarios hacían lo que les daba su regalada gana; mataban, robaban, violaban mujeres, golpeaban paisanos. Hacían los escándalos que querían. Viendo así la situación, La Coronela, Carlota García, empezó a impartir justicia, la acompañaba la borrachita Adelita Chávez.

Adelita llevaba las noticias. La Coronela mandaba soldados para atrapar a los malvados y ella personalmente los tundía a cintarazos, bofetadas y los mandaba presos.

El porte de esta mujer era serio, siempre traía un espadín muy bonito. Las mujeres del pueblo aprovechaban esta posición relevante de La Coronela para hacerse justicia por su propia mano, pero cuando eran descubiertas, se les castigaba con dos o tres cintarazos por la espalda o sentaderas. Les advertía La Coronela:
–Cuidado, el pueblo está sin autoridades y ustedes aprovechan para vengar sus agravios. Yo no soy verdugo (pero lo mismo continuaba castigándolas).

En el mes de febrero de 1916 resultó que varias señoritas doncellas fueron violadas y desfloradas. Los padres supieron que el malvado autor era un tal Isaac.. La Coronela mandó que lo detuvieran y lo encapilló. Una vez verificados los males causados a las víctimas, ordenó que fuera fusilado. Lo anterior con objeto de no dejar impune este abuso y que no se fueran a repetir actos de esta naturaleza. Así, delante del pueblo ordenó su ejecución.

Carlota tenía un hermano bien parecido, de unos veinte años de edad. Aprovechando la autoridad que tenía su hermana, este joven empezó a robar para obtener dinero e irse a emborrachar con sus amigos.
Un día tomó un billete de $1,000. La Coronela lo mandó aprehender, lo interrogó y lo mandó encapillar. Luego fue fusilado en compañía del tal Isaac.

De esta forma, Carlota mantenía en paz al pueblo, mejor que cualquier presidente o general. Desde que ella tomó el mando del pueblo, los escándalos, asesinatos, robos y abusos fueron disminuyendo y finalmente desaparecieron.

Todo marchaba muy bien. El tiempo transcurría y La Coronela mostraba sus dotes de extraordinaria gobernante, sin cometer arbitrariedades. Adelita Chávez la acompañaba en todo momento, cuando La Coronela se desbordaba en ira, ella la convencía de que se calmara.

Adelita era el Ángel de la Guarda del pueblo, después de La Coronela. Una, con la espada y mando, respaldada por los jefes revolucionarios, quienes la alentaban para que gobernara al pueblo, teniéndolo en paz. Y la otra, Adelita, acusando y denunciando a los malvados de todo género.

Estas dignas mujeres hacían justicia a su manera, pero siempre dentro de la moral, como los mejores administradores públicos. La gente estaba agradecida y les rendía respeto justo.

Pasadas las fiestas de diciembre, los villistas hicieron un llamado al pueblo para que se incorporara al Ejército del Centro. Había papeles pegados en las paredes, o eran repartidos por los ranchos; pedían hombres decididos a la guerra. Así, se vieron pasar o llegar cientos y cientos de hombres a caballo, la mayoría sin armas de fuego. Éstas se las entregarían en Fresnillo o en alguna parte del norte del Estado, donde llegaban de contrabando, procedentes de los Estados Unidos.

A veces llegaban del lado norte fuerzas con armamento nuevecito, con bastante parque. Vendían esas armas a precio de cinco o diez pesos, cuando mucho; el parque, a centavo el cartucho. Las pi***las las vendían baratísimas. Los revolucionarios siempre andaban cargados de cananas, rifles y pi***las que no podían con ellas.

En el Valle nadie quería ser policía, presidente, juez o empleado del gobierno. Se recordaba cómo habían tratado antes a los habitantes y ahora éstos se desquitaban e intentaban hacerse justicia por su propia mano. A los ricos y a las personas del gobierno, eran a los primeros que les saqueaban sus casas. De ellos obtenían préstamos forzosos, les saqueaban sus comercios o les quemaban sus casas.

Era cuando La Coronela y Adelita entraban en acción impartiendo justicia, algunas veces en forma chusca y bárbara, pero era necesario para la tranquilidad de la gente y escarmiento de los maleantes.

Uno de esos días a Carlota le llegaron noticias de la Toma de Zacatecas, eran como las cinco de la tarde cuando llegaron dos soldados bastante cansado y sus caballos sudados; entregaron unas cartas a La Coronela, quien al leerlas, comenzó a dar de saltos y gritos que parecía como si estuviera loca.

Adelita, que siempre estaba cerca de ella, la agarraba como podía, pero La Coronela seguía brincando de puro gusto al enterarse del triunfo obtenido en el Cerro de La Bufa.

Gruesas partidas de soldados villistas con sus caballos comenzaron a llegar cargados con el botín tomado en Zacatecas: fardos de ropa, tercios de piezas de manta y percales; telas finas de mil clases; herramientas nuevas, tomadas de las ferreterías de El Globo, La Palma y otras; cobijas; sacos de azúcar, piloncillo; sacos de pasta de harina, etc. Los soldados traían los bolsillos repletos de pesos fuertes, monedas de oro tomadas de los bancos y de casas de los ricos poderosos; sombreros de fieltro; vestidos de los catrines, y mil mercancías más. Los soldados iban caminando a pie.

La gente salía a encontrar a los amigos, familiares y paisanos y luego, luego… los gallos callejeros con la banda de música de Los Trujillo. Los conjuntos de músicos rancheros recorrían las calles y los refolufios disparaban sus armas, cantando y gritando a su antojo.

A La Coronela Carlota García le llevaron dos costales grandes, repletos de monedas de oro y otro costal lleno de billetes del banco de Zacatecas. Eran como unos cien mil pesos de los de antes y cuando llegó el General Tomás Domínguez, repartió todo el dinero entre los pobres y necesitados del Valle.

La Coronela seguía como árbitro en Valparaíso, lo que ella decía y lo que ella ordenaba era respetado por don Antonio López. Carlotita ordenaba a la banda militar y a los conjuntos rancheros que, en ciertas fechas y de acuerdo con el señor cura Nava, se reunieran para ir a la Hacienda de San Agustín del Vergel, distante unas tres leguas de Valparaíso, para traer la imagen del señor San José a la iglesia, para que ayudara a los revolucionarios y terminara las matanzas o para que mandara las lluvias.

Los desórdenes y las balaceras continuaban de día y de noche por todas las calles. Entonces, La Coronela ordenó que el soldado que disparara su arma, sería desarmado, dado de baja, multado o puesto en la cárcel.

Relato tomado de los apuntes históricos del profesor Manuel Gurrola Acosta.

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