
17/06/2022
Desarrollo psicomotor de los bebés en su primer año de vida.
Una palabra ideal para describir el primer año de vida de un bebé, es fascinante. Debido a que es una evolución constante, rápida y llena de emociones, ya que además de ver cómo nuestro bebé crece físicamente y desarrolla habilidades, también vemos como empieza a forjar su personalidad.
Todo este proceso va a depender de muchas variables, sobre todo del estímulo y percepción que tenga del medio ambiente y del desarrollo de su sistema nervioso. Dentro del desarrollo motor podemos conseguir dos tipos de motricidad:
1. La gruesa, que es la que se encarga de los movimientos más grandes, donde se tienen que movilizar grandes grupos de músculos para llevarla a cabo y lograr movimientos, equilibrio y estabilidad. Ejemplo: gatear, caminar, saltar...
2. La motricidad fina, como su nombre lo dice, se encarga de llevar a cabo movimientos muy finos con pequeñas partes del cuerpo, como son dedos de las manos, dedos de los pies, labios, boca, lengua.
El desarrollo de la motricidad gruesa es la primera que se desarrolla, pero una es complemento de la otra, o sea, se necesitan de las dos para ejecutar los movimientos de la mejor manera.
Cada periodo lleva su tiempo, es decir, unos pasarán más rápidos y otros más lentos ya que cada uno de ellos siguen su propio proceso. Además, cada niño es el que marca su propia pauta en la evolución de cada área del desarrollo. Así, cada bebé tendrá su propio ritmo a la hora de superar las distintas etapas por las que pasan. Cuando identifiquemos que una etapa no aparece correctamente o se ha retrasado mayor del tiempo esperado es importante acudir con su Pediatra.