15/03/2025
Partamos de un hecho simple: un auténtico asesor psicológico no da consejos. Para eso está tu amigo, tu compadre, tu tía, etcétera. ¿Cuál es la diferencia? No ha de ser que a uno le pagas y al otro no… Más bien, al incluir su moral durante la consulta, el asesor psicológico automáticamente dejaría de ser un profesional y se convertiría en un amigo más.
Fíjate cómo aconsejamos a nuestros amigos. Decimos cosas como: “estás mal porque…”, “deberías hacer esto y lo otro…”, “fíjate que a mí me funcionó…”. Si tu psicólogo se sirve de esta clase de expresiones —en el contexto de la asesoría psicológica, desde luego— muy probablemente estás pagándole a alguien que te está atendiendo desde su sentido común, desde su experiencia personal, desde lo que se le ocurre; desde su moral.
Y bueno, ¿cuál es el problema con esto? Que el supuesto “profesional” no está haciendo ningún análisis auténtico, que su intervención no está basada en nada a lo que se le pueda llamar “análisis funcional” o “análisis contingencial” o, permítaseme la noción, “análisis psicológico”.
Esa persona, en realidad, no estudio tu caso, y si lo hizo, entonces, fue desde una perspectiva totalmente ambigua, sin ningún sustento concreto.
Y aquí podría surgir la pregunta: “entiendo lo que dices, pero ¿cómo tiene que intervenir un auténtico asesor psicológico?”.
Mi respuesta es muy simple y general: primero, realiza un análisis minucioso de tus contingencias, de tus situaciones; en términos de “qué ocurre”, “cuando”, “cuando no”, “en presencia de quién”, “cuando comenzó”, etc. Asimismo, “qué piensas en esos momentos”, “qué te ha dicho o cómo ha reaccionado esa persona tan importante para ti”, etc., para decirlo de manera coloquial.
Una vez hecho el análisis —que desde mi enfoque es el estudio de la Microcontingencia y la Macrocontingencia—, viene el análisis de soluciones. Este puede responder a la pregunta: ¿para dónde vamos a encaminar la intervención? Pues bien, es ahí donde entra esencialmente la dimensión moral del usuario, pero no la del psicólogo!
En nuestro análisis previo ya reconstruimos la dimensión moral del usuario, entonces aquí podemos buscar correspondencias o faltas de correspondencias entre lo que, y dicho en términos coloquiales, el usuario cree que debería estar haciendo y lo que en realidad está haciendo.
Porque la mayoría de las veces esa es la forma de un “problema psicológico”: la falta de correspondencia entre lo que creemos que deberíamos estar haciendo y lo que en realidad estamos haciendo; o entre lo que hacemos y lo que otros creen que deberíamos estar haciendo. Nótese que aquí hay una dimensión moral importante todo el tiempo propia del usuario.
La intervención en ese sentido es personalizada, depende de cada caso, de la historia de aprendizaje de cada individuo, de los objetivos que tiene, etc. Nunca de lo que el psicólogo cree que está bien o mal, que su usuario debería estar o no haciendo.
Así, de manera casi socrática, el psicólogo va a cuestionar una decisión u otra, va a brindar pautas de acción, advertir sobre posibles peligros y sobre las consecuencias posibles de tomar una u otra decisión. Pero jamás, para hacer énfasis, jamás, va a tomar la decisión por ti ni decirte explícitamente lo que deberías o no hacer o lo que a él le funcionó y, por ende, a ti también te funcionará. Esas son charlatanerías, hay que decirlo.