20/06/2024
Hay una enfermedad que da fiebre muy alta y… ya saben… la fiebre muy alta pone histérico al papá, la mamá se angustia y los abuelos entran en pánico.
Les hemos dicho un millón setecientas mil veces que la fiebre es “buena” que es un mecanismo de defensa, que no se derrite el cerebro, que no causa epilepsia y etcétera pero igual entran en pánico… pero me desvío, el tema de hoy es la roséola, no la fiebre.
La roséola tiene otros dos nombres: se llama también “exantema súbito” y “sexta enfermedad”. Y se da mucho taco, como si fuera muy seria, pero no, es “benigna”. Al menos así se describe.
Es producida por un virus, por lo tanto es una infección y las infecciones dan fiebre. En este sentido la roséola se toma muy en serio su papel, porque da fiebre elevada por dos o tres días, durante los cuales el pobre bodoque corre el riesgo de que lo retaquen de medicamentos innecesarios, antipiréticos y antibióticos.
Por fin la fiebre cede, luego de dos o tres días de histeria familiar. Mamá respira y papá se tranquiliza pero por unos cinco minutos nada más. En seguida se dan cuenta que el chiquillo está lleno de ronchas, como las de la foto.
Otra vez el pánico (las ronchitas dan pánico porque tía Gertrudis dice que es viruela o sarampión y eso suena muy feo).
No obstante, el bodoque anda como si nada jugando carreras de gateo con el michi de la casa.
Ya se curó, las ronchitas se irán en dos días y para no volver, porque la roséola deja inmunidad permanente.
El problema de la roséola es que actuamos. Porque si no hiciéramos nada se curaría sola, solita y ya. Apenas un poco de paracetamol, para que no ande tan necio el escuincle. ¡Ah! Pero no.
Lo llenamos de medicamentos inútiles que sí hacen daño y para colmo, al final, cuando salen las ronchas, resulta que es alergia a la amoxicilina que no necesitaba. Nada, puras confusiones. Sólo es la inofensiva roséola.
Consulta al pediatra, se necesita el diagnóstico diferencial.
¡Saludos!