
18/11/2024
El es Diego! Mi hijo mayor! De todas las historias que tengo por contar posiblemente está sea una de las más auténticas, las que vivo personalmente como mamá son las que me hacen comprender más fácilmente el camino de las pacientes. A las 34 semanas fui a mi consulta de control prenatal común y corriente, y nada más puso mi ginecóloga el transductor en mi abdomen supe de manera inmediata lo que seguía, solo la voltee a ver y le dije: cumplo ayuno a las 9 de la noche, nada te prepara para ello, no tenía ni la cuna comprada, no tenía la maleta lista, mi mamá me lavo ropita rápido y me la seco con secadora, mi cuerpo temblaba, mi corazón se apachurraba solo de saber perfectamente todo lo que podía llegar a pasar, prácticamente no le avise a nadie, no quería tener a mi hijo en terapia intensiva yo recién operada y tener que estarle explicando a todo el mundo por qué estaba abajo, en el quirófano mi cuerpo temblaba de una manera incontrolable, sabía paso a paso lo que estaba ocurriendo en mi cuerpo solo de escuchar los sonidos olores y palabras de los doctores, en cuanto escuché el aspirador funcionando y a los dos segundos un llanto tan fuerte que se escuchaba en todo el quirófano mi corazón descansó, sabía que lo más difícil había pasado, que con sus apenas 34 semanas y apenas 2 kilos con 400 gramitos, mi flaquito estaría bien!! Hoy acompaño a todas aquellas mamis que han pasado por esto o que están pasando en este momento, y pido con una fuerza impresionante a Dios por todos aquellos bebés que en este momento se encuentran en terapia luchando contra las complicaciones de la prematurez, ellos y sus neonatólogos son unos guerreros incansables, felicito enormemente a todos los Neonatólogos por la labor tan impresionante que realizan y mis oraciones con todos aquellos bebés que no lograron quedarse más con nosotros!