13/09/2025
Septiembre, mes de la prevención del Suicidio.
Desde la mirada sistémica y de las Constelaciones Familiares el suicidio no se interpreta como un acto aislado o únicamente personal, sino como un movimiento profundo del alma que muchas veces tiene raíces en el sistema familiar.
Desde el punto de vista sistémico, el suicidio es un movimiento hacia alguien o algo, que suele expresar un deseo inconsciente de seguir a un ser querido que murió (madre, padre, hermano, pareja, hijo). También puede ser un intento de “acompañar en el dolor” a alguien que sufrió mucho en el pasado y en otras ocasiones, es una forma de buscar descanso en un sistema cargado de sufrimiento.
Puede deberse también a lealtades invisibles, por ejemplo:
El que se suicida puede estar tomando sobre sí el destino de otro excluido, alguien que murió trágicamente, que fue olvidado, juzgado o rechazado.
Inconscientemente dice: “Yo te sigo” o “Yo pago por ti”.
Este acto lo convierte en un portavoz del dolor sistémico.
Veamos el mensaje detrás del suicidio:
Más allá de la muerte, en la familia queda un mensaje de: “Aquí hubo un dolor tan grande que nadie pudo mirar”.
Los descendientes pueden cargar con esa huella, sintiendo impulsos de desaparecer, depresión profunda o una vida sin sentido.
¿Cuáles son los posibles orígenes en el sistema?
1. Muertes tempranas o trágicas: niños, jóvenes o ancestros que fallecieron antes de tiempo.
2. Exclusiones: personas no reconocidas (abortos, hijos fuera del matrimonio, parejas anteriores).
3. Secretos familiares: crímenes, violencias, duelos ocultos.
4. Culpas no resueltas: ancestros que dañaron o fueron dañados, y cuyo destino quedó sin mirar.
Desde la mirada de las constelaciones familiares, es indispensable incluir al suicida en el sistema, darle un lugar, honrando su difícil y singular destino, sobre todo, respetar su decisión
En lugar de juzgarlo, se recomienda mirar su decisión con respeto: fue la única salida que pudo ver.
Es indispensable, de igual forma, reconocer el dolor detrás de su determinación.
Nombrar lo que nadie pudo nombrar: pérdidas, duelos, abusos, culpas.
Con las constelaciones familiares, es posible liberar a los descendientes de esta carga y de vivir ese destino.
Permitir que los que vienen después no carguen con el mismo impulso de muerte, reconociendo, que ese fue su destino, y que cada miembro del sistema sigue con su vida honrando la suya.
Por último, el suicidio, desde lo sistémico, es la expresión de un dolor profundo y una lealtad invisible dentro del sistema familiar. No es solo un acto individual, sino un movimiento que refleja lo que no pudo ser mirado, nombrado ni sanado en generaciones anteriores.
Recuerden: Cuando en un sistema familiar hay memorias de suicidio, los descendientes podrían tener pensamientos y/o conductas suicidas.
¿Aún no constelas?
Es tiempo de sanar, ven y vive la experiencia!
Lic. Norma Angélica Portilla Reséndiz
Facilitadora en Constelaciones Familiares & Máster en PNL
Contacto: 2281 82 88 84