Desde muy corta edad sentí esa necesidad de cuidarme, primero empíricamente y posteriormente ya con conocimiento de causa. Los grandes intereses en mi vida han sido el arte y la belleza; belleza física e interior, es muy gratificante causarle un bien a otro ser humano, sea ayudándolo con alguna lesión con un masaje terapéutico o aliviando alguna patología física.
Comencé con el cuidado de mi piel desde los 15 años, haciendo un “DÍA DE BELLEZA” en el cual calentaba una olla para posteriormente poner el v***r en mi rostro, usaba mascarillas hechas de manera natural de recetas que leía en revistas de moda, ya que en esos tiempos no existía el internet, investigaba y preguntaba de nuevos tratamientos caseros donde podía y los realizaba al menos una vez a la semana (generalmente los domingos).
Fui creciendo y comencé a buscar tratamientos más completos de CABINA PROFESIONALES, era una clienta un poco preguntona, ya que desde siempre he tenido esas ansias de aprender de todo este mundo que me apasiona como lo es la cosmetología, nuevos tratamientos, nuevos aparatos, nuevas técnicas, etc… La vida te va llevando de la mano, creo firmemente en algo que se llama DESTINO y sé que mi destino es y será brindar ese cuidado y bienestar a mi prójimo, soy de las personas afortunadas en el mundo que verdaderamente aman y disfrutan lo que hacen día a día.
Cuando comencé a estudiar y a adentrarme ya de manera PROFESIONAL me fui metiendo más y más, tanto que llegué a ser la mejor alumna de mi clase y por ello estuve laborando en esa misma escuela por ocho años, la labor docente es muy gratificante, el poder transmitir el conocimiento me motivaba aún más a estar preparada para lograr darles la enseñanza que merecían mis alumnos. Pero tenía el sueño de abrir mi propia cabina, mis mismos alumnos me motivaban a ello al decirme “maestra usted es buenísima en lo que hace, lo ama y sabe mucho” como todo inicio tenía miedo a que no funcionara, pero los mismos clientes que fueron probando mis servicios me fueron promocionando y recomendando. Ya hace algunos años de ello y aún sigo brindando una atención personalizada, profesional pero no por ello deshumanizada, cada cliente es distinto y único y como dice un dicho “trata como quieras que te traten”, con empatía, respeto y cariño.
Soy fan del conocimiento y capacitación constante, ya que como seres humanos nunca dejamos de aprender y podemos mejorarnos día a día, gracias a ti que me has dado la oportunidad de servirte…
Recuerda ….Ama tu cuerpo. Ama tu piel. Ámate siempre…
����������