12/04/2024
El proceso no es lineal
La movida del proceso terapéutico es que no es lineal. Y a medida que vamos avanzando, nos vamos dando cuenta de cosas que estaban escondidas y custodiadas por mecanismos de defensa porque en su momento no podíamos con tantísimo dolor.
Y entonces, aparece ese dolor oculto y creemos que estamos yendo para atrás, cuando en realidad está apareciendo aquello que realmente hay que curar.
Lo que trae a la gente a terapia no suele ser la herida, sino lo que la herida hace que hagamos.
Suelen venir por ansiedad, depresión, adicciones, inestabilidad emocional, problemas relacionales. Pero casi nunca es ese el problema. Ese, suele ser el grito del sistema que nos indica que hay un problema.
Vemos la sangre, pero no de dónde viene
Entonces limpiamos la sangre y nos encontramos mejor, pero de repente nos duele algo y decimos "pero si esto antes no me dolía" y vamos a mirar y "hostia! No puedo tocar ahí"
Y vamos a la siguiente sesión y decimos, "he vuelto para atrás". Y no, no es eso. Estás dándote cuenta de que la sangre solo indica que existen heridas, las cuales muchísimas veces no sabías que existían porque hace ya muchos años que se abrieron y no tenías las herramientas necesarias para cicatrizarlas, así que hiciste lo que pudiste para que molestara menos.
No es extraño que muchas veces fuera taparla. Y taparla. Y taparla.
En terapia destapamos, vemos lo que escuece, y curamos.
Pero joder, es muy duro. Sobre todo porque muchas de esas heridas nos las hicieron gente que queríamos, pensábamos que estaban ya cerradas o nos llevan a épocas de nuestras vidas que no queremos recordad.
Lleva tiempo y sufrimiento, pero cada punto de sutura, cada grapa, cada venda que se cae y deja de ser necesaria, es un paso más hacia la libertad y el descubrimiento de quienes somos en realidad.
Y eso, es brutal.
Y ayudar en este proceso, es brutal. 💜