
16/09/2025
Más allá de si te hablas en positivo o en negativo, lo esencial es que tu discurso muestra cómo te piensas, cómo te vives y cómo te reconoces dentro de tu propia historia.
Narrar lo que has vivido no significa repetirlo, sino darle un lugar en tu memoria, resignificarlo y reconocer quién eres hoy gracias a ese camino.
Tu voz te permite ordenar experiencias, dar nombre a las heridas, honrar tus logros y abrir nuevas posibilidades. Cada vez que cuentas tu historia, te eliges a ti misma.
Porque tu narrativa no solo habla de lo que fue… también abre puertas hacia lo que puede ser y, en ese trayecto, se convierte en una forma de sanar.