12/04/2023
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¡Cuánto miedo nos inculcaron a la autoridad! Por eso muchos nos paralizamos cuando un sacerdote, un docente, un médico, un jefe o alguna figura de autoridad invade nuestro espacio personal, nos maltrata o nos abusa. ¿Cuántas veces te has quedado paralizado ante acciones de este tipo? ¿Cuántas veces dudaste de tu intuición? ¿Cuántas veces te callaste? ¿Cuántas veces desconfiaste de las señales que te enviaba tu cuerpo?
A muchos les parecen exageradas las recomendaciones que hacemos para llevar una crianza respetuosa. ¿En serio tengo que avisarle que voy a limpiarlo o cambiarle el pañal? ¿En serio tengo que respetar su saciedad y apetito? ¿En serio tengo que respetar cuando yo quiero llenarle de besos y abrazos pero no quiere? ¿En serio tengo que eliminar los castigos y crear una relación de diálogo y confianza? ¿En serio puede no saludar de beso y abrazo si no lo desea?
Es que hacer todo eso, reforzará todo eso que a nosotros nos quitaron: el poder de confiar en nuestra intuición, la seguridad de que nuestro cuerpo nos pertenece, la fuerza para gritar que NO y sentirnos cómodos al hacerlo, la sabiduría para poner límites de manera asertiva y el saber que cuentas con una figura que te cuida, protege y en quien puedes confiar.
Lo sucedido con el Dalai Lama se llama ABUSO. Todas las redes están hablando de eso y ¿qué sucedió? Una disculpa por escrito. ¿Será eso suficiente?
Protejamos a nuestras niñas y niños! Los abusadores no están vestidos de negro. Están en nuestro círculo más cercano y muchas veces son “excelentes” personas ante los ojos de los demás. Recuerda que NO ES SUFICIENTE hablar de las partes privadas y de que deben contarlo, ES NECESARIO crear una relación de respeto, amor y cuidado diario para crear esa confianza y para que sea tal su experiencia de buenos tratos, que con mucha facilidad pueda detectar un espacio donde no esté siendo tratado así.
Psic. Machy Guerrero Psicoeducar