23/08/2025
La diverticulitis surge a partir de la diverticulosis, es decir, la formación de pequeñas hernias o bolsas en la pared del colon, particularmente en el colon sigmoide. Su prevalencia aumenta con la edad, pero la transición de una diverticulosis asintomática a un cuadro inflamatorio depende en gran medida de factores dietéticos y de estilo de vida.
• El papel de la fibra:
Una dieta baja en fibra conduce a un tránsito intestinal más lento, mayor presión intraluminal y menor volumen f***l. Este aumento de presión favorece la protrusión de la mucosa y submucosa a través de puntos débiles de la pared del colon.
La fibra soluble, al fermentar en el colon, genera ácidos grasos de cadena corta (AGCC) como el butirato, que actúan como fuente energética para los colonocitos y poseen efectos antiinflamatorios locales.
La fibra insoluble, en cambio, incrementa el volumen del bolo f***l y reduce el tiempo de tránsito, disminuyendo la presión mecánica sobre la pared.
• Carnes rojas:
Un consumo elevado de carnes rojas altamente procesadas se asocia con un microbioma intestinal proinflamatorio. Estas dietas aumentan metabolitos derivados del metabolismo de aminoácidos, como las aminas heterocíclicas y productos de la putrefacción proteica, que pueden inducir inflamación de bajo grado y alterar la integridad epitelial del colon.
• Obesidad y resistencia a la insulina:
La obesidad visceral genera un estado proinflamatorio sistémico mediado por adipocinas (IL-6, TNF-α) que no solo afectan la respuesta inmune intestinal, sino que también incrementan la susceptibilidad a infecciones y dificultan la resolución de la inflamación una vez que se desarrolla la diverticulitis.
• Tabaco y sedentarismo:
El tabaquismo altera la microvascularización colónica y genera estrés oxidativo, factores que favorecen la inflamación.
El sedentarismo reduce la motilidad intestinal, prolonga el tiempo de tránsito y contribuye al estreñimiento, aumentando la presión colónica.
• Otros factores:
El consumo moderado de café y alcohol no muestra asociación clara con mayor riesgo.
Un patrón alimentario tipo dieta mediterránea (alta en fibra, grasas insaturadas y polifenoles) se vincula con menor incidencia, probablemente por su impacto en la microbiota y el perfil antiinflamatorio.
🪐 En resumen, la fisiopatología de la diverticulitis está íntimamente relacionada con factores mecánicos (presión intraluminal), inflamatorios (respuesta inmune local y sistémica) y microbiológicos (alteraciones del microbioma). Aunque la edad y la genética predisponen, los hábitos cotidianos como la alimentación, la actividad física y el control del peso pueden modular de manera decisiva la transición entre diverticulosis y diverticulitis.
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