
30/04/2025
Yo solo quería cuidarme…
Así respondió cuando le preguntamos por qué tomaba jugos verdes todos los días.
Tenía 54 años, vivía con diabetes tipo II y enfermedad renal crónica en etapa inicial.
Su rutina era simple: cada mañana, sin falta, un vaso lleno de espinaca, apio, pepino y algo de jengibre.
Le habían dicho que “desintoxicaba”, que “ayudaba a bajar el azúcar”, que era “natural y saludable”.
Pero su cuerpo comenzó a decir otra cosa…
Los análisis de sangre mostraron un deterioro progresivo de la función renal.
La tomografía (imagen A) no mostró anormalidades… pero su creatinina seguía en ascenso.
Se realizó una biopsia (imagen 😎 y ahí estaba la verdad: nefropatía por oxalato.
Los cristales (señalados con flechas verdes) estaban destruyendo sus túbulos renales.
El daño fue tan severo que sus riñones no pudieron recuperarse.
La hemodiálisis se volvió parte de su rutina… la que antes era jugo, ahora era máquina.
Y todo por algo que parecía inofensivo.
Por creer que “natural” siempre es sinónimo de “seguro.”
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Importante:
Los jugos verdes contienen vegetales ricos en oxalatos, como espinaca y apio.
El consumo ocasional no representa riesgo para personas sanas, pero en pacientes con predisposición (diabetes, ERC, enfermedades metabólicas) puede desencadenar daño renal grave e irreversible.
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Recomendaciones clave:
• No todo lo “verde” es bueno para todos.
• Las dietas deben adaptarse a la condición médica de cada persona
• Siempre consulta con un profesional antes de seguir modas nutricionales.
Porque lo que parece saludable… puede convertirse en tu peor enemigo silencioso.