19/05/2025
Estudios han demostrado los efectos negativos que tiene en el cerebro consumir p***ografía en exceso
Por otro lado las telenovelas, a pesar de ser populares, pueden tener efectos negativos en el cerebro también, principalmente relacionados con la salud mental y la cognición. Estos efectos pueden incluir un aumento del estrés, ansiedad y depresión, así como una reducción en la calidad del sueño y el rendimiento escolar o laboral. Además, la exposición prolongada a telenovelas puede contribuir a la reproducción de estereotipos de género y afectar negativamente la percepción de la realidad.
Los estudios indican que la p***ografía puede aumentar la ansiedad y dificultar la capacidad para regular las emociones. A los adolescentes, además, les puede afectar el rendimiento cognitivo, su aprovechamiento académico, el sueño, la capacidad de atención y memoria.
Hasta donde alcanzan nuestros conocimientos en historia, la p***ografía siempre ha existido y se ha transformado con la evolución de los medios de expresión.
Las características de los vídeos p***ográficos disparan la plasticidad, que es la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse tras una experiencia determinada.
Esta, combinada con la accesibilidad y el anonimato proporcionado por el consumo de p***o online, nos convierte en sujetos extremadamente vulnerables a sus efectos hiperestimulantes
A largo plazo, el p***o parece provocar disfunciones sexuales, especialmente en forma de incapacidad para conseguir erecciones o para alcanzar el orgasmo al mantener relaciones con otra persona.
Para muchos, la adicción a la p***ografía está anclada a heridas antiguas: rechazo, vergüenza, abandono, culpa. No es casualidad. Es una forma inconsciente de consolarse sin tener que depender de nadie. Pero mientras no se revisa, esa herida sigue al mando.
En conclusión ver p***o o telenovelas si afecta nuestro cerebro y la percepción de la realidad, y la problemática es no saber diferenciar entre la ficción y la vida emocional real. Cuando no cuestionamos lo que consumimos, empezamos a desear cosas que no nos hacen bien.
Por eso debemos darnos a la tarea de revisar lo que consumimos.