03/07/2025
Después de unos días con un calor inusual en los Países Bajos, la lluvia nos ha traído frescor. Ayer pude disfrutar de ese olor tan característico a tierra mojada que tanto me gusta. Me transporta a mi querida Andalucía, a tardes eternas en la infancia con temperaturas tórridas en las que una tormenta de verano era un regalo, literalmente, caído del cielo.
No pude resistir la tentación de salir al jardín, respirar profundo y comentarle a mi hija que ese aroma tiene un nombre bonito, sonoro como el repicar de las gotas sobre el suelo: petricor.
¿Conocías esta palabra? La acuñaron unos investigadores en la década de los sesenta. Yo la aprendí de adulta, pocas veces la utilizo y creo que jamás la escuché en boca de alguien, definitivamente no es coloquial.
El vocabulario se aprende en un contexto, oír un término un par de veces no es suficiente, cualquiera entiende esto. Pues, aprovecho para recordar que durante la adquisición de una lengua de herencia va a ocurrir lo mismo, el léxico del niñ@ estará determinado por sus vivencias, el ambiente en el que crece y las posibilidades que tenga para usar lo aprendido de forma significativa.