08/10/2025
La vida es generosa, nos da tiempo. Pero el cuerpo, a diferencia de la vida, no olvida ni perdona los descuidos. En gastroenterología, vemos cómo el tiempo cobra su factura.
El reflujo a los 40, la colitis a los 50 o el hígado graso a los 60 no son mala suerte. Son la consecuencia acumulada de las pequeñas decisiones que tomamos en nuestros veintes y treintas: el estrés constante, la dieta cargada de procesados, la falta de sueño.
Tu salud digestiva de mañana se está cocinando hoy.
Mi trabajo es ayudarles a tratar el síntoma, pero mi consejo es siempre el mismo: Empiecen a vivir con buenos hábitos ahora. Inviertan en su bienestar. No esperen a que sea yo quien les confirme que, efectivamente, todo en esta vida se paga.
Una buena salud intestinal es su mejor herencia.