17/09/2025
Guía práctica para trabajar conductas desafiantes en casa 🏠 :
Las conductas desafiantes en niños (gritos, berrinches, negativa a seguir reglas, agresiones, etc.) son una forma de comunicación. No siempre significan “maldad” o “rebeldía”, sino necesidades emocionales, falta de habilidades o dificultades de autorregulación.
Aquí te comparto estrategias prácticas para trabajarlas:
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🔹 1. Prevención y ambiente estructurado
• Rutinas claras: los niños necesitan saber qué esperar.
• Reglas sencillas y visibles: usa pictogramas o imágenes para reforzar.
• Ambiente ordenado: menos distracciones → menos oportunidades de frustración.
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🔹 2. Comunicación positiva
• Usa frases cortas y claras.
• Refuerza lo que sí hace bien con elogios inmediatos:
👉 “Gracias por esperar tu turno” en lugar de solo señalar lo que hizo mal.
• Enséñale palabras o gestos para expresar enojo, cansancio o frustración.
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🔹 3. Regulación emocional
• Crea un espacio de calma (colchón, cojines, libros, peluche).
• Practiquen respiración, contar hasta 5 o apretar una pelota anti-estrés.
• Modela cómo manejar emociones (“Estoy molesta, voy a respirar hondo”).
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🔹 4. Manejo en el momento de la conducta
• Mantén la calma (evita gritos o castigos severos).
• Sé firme pero cariñoso: “No te puedo permitir pegar. Si estás enojado, puedes golpear la almohada”.
• Redirige hacia otra actividad que le permita descargar energía (dibujar, brincar, apretar plastilina).
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🔹 5. Consistencia y acuerdos con familia/escuela
• Lo que se aplica en casa debe coincidir con lo que se aplica en la escuela.
• Establece consecuencias claras y proporcionales (no amenazas irreales).
• Refuerza con recompensas simples: stickers, elogios, tiempo de juego compartido.
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🔹 6. Enseñanza de habilidades sociales
• Role play: practicar cómo pedir ayuda, cómo esperar turno, cómo decir “no”.
• Juegos cooperativos para practicar paciencia y colaboración.
• Lectura de cuentos sobre emociones y resolución de conflictos.
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👉 En resumen: más que “corregir” la conducta, se trata de enseñar habilidades y acompañar emocionalmente.
Con calma, paciencia y consistencia, los niños aprenden poco a poco a autorregularse.