
06/07/2025
Hoy celebro con cariño a todos a quienes Dios les ha concedido la bella vocación de ser maestros, y que dedican su vida a esta maravillosa, aunque a veces silenciosa, tarea de educar, de colaborar en la formación de niños y adolescentes.
A ustedes, que día a día transforman el mundo desde lo invisible,
que acompañan procesos, que consuelan, que inspiran,
que ejercen su vocación mucho más allá de las aulas,
que educan no solo con palabras, sino con el ejemplo.
Y un saludo muy especial a todos mis queridos amigos maestros, en especial a Liliana, Maribel, Myriam, Verónica, Anita, Rosita, Teresita, Omar, Bertha, Fabiola y Jesús.
Gracias por su entrega. ¡Dios les conceda siempre el amor, la fortaleza, la paciencia y la energía para seguir formando personas de bien!
¡Qué orgullo tenerlos como amigos y como sembradores de esperanza!