29/12/2024
🔵La adicción, como enfermedad compleja, puede manifestar una perversión en la forma en que el adicto interactúa con el mundo, su relación consigo mismo, y con sus relaciones.
La perversión no se limita al ámbito sexu@1, aunque en ocasiones pueda manifestarse en ese aspecto. Se trata de una distorsión en la percepción de la realidad, una falta de empatía, una incapacidad para establecer límites y un desprecio por las consecuencias de sus actos.
El adicto pervierte su relación con la sustancia, elevándola a un nivel de prioridad superior a cualquier otro aspecto de su vida. Pervierte su relación consigo mismo, negando la enfermedad, minimizando las consecuencias y justificando su comportamiento.
Pervierte sus relaciones con los demás, manipulando, mintiendo y utilizando a las personas para satisfacer sus necesidades de la sustancia. La perversión se manifiesta en la falta de responsabilidad, en la incapacidad de controlar impulsos, en la ausencia de empatía y en el desprecio por los daños que causa.
Es importante comprender que la perversión del adicto no es una conducta voluntaria, es una consecuencia de la enfermedad.
Sin embargo, es fundamental que el adicto asuma la responsabilidad de sus actos y busque ayuda profesional para recuperar la salud y las relaciones que ha dañado.
La perversión es un síntoma de la adicción, pero no es una sentencia de por vida. Con tratamiento y apoyo, la recuperación es posible.
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