10/12/2025
"Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
…Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis p***s;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas…
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!"
Este poema de Amado Nervo lo conocí gracias a mi mamá. Se lo escuché muchas veces e incluso alguna vez lo recitó en una reunión que no recuerdo si era familiar o entre amigos. Lo recuerdo hoy que es su cumpleaños. Su cumpleaños número 77. Y lo recuerdo también hoy cuando su salud se ha visto de pronto muy afectada, pero Dios ha querido que compartamos un año más con ella, que aunque ya no pueda venir al taller, conversemos todas las noches sobre cómo va el trabajo, un trabajo que ella me enseño a amar y a ser perseverante.
También aprovecho la oportunidad para agradecer todos los mensajes de cariño y apoyo que he recibido de los sacerdotes, de las religiosas, de mis hermanos de la Orden Franciscana Seglar, y de los clientes que al no encontrar a mi mamá en el taller y la enterarse de su estado de salud, demostraron su preocupación con una oración o con una misa de salud. Que el Señor retribuya enormemente su afecto hacia mi madre.
Feliz cumpleaños, mamá🌸