11/03/2022
Tan cierto
Cómo sobrevivir a los 3 primeros meses después del parto...
Nadie te avisa. Ocurre. Llega de golpe. Pensabas que el parto lo culminaba todo. Luego sólo sería cuestión de disfrutar de tu bebé. No te habías preparado para esto. No habías leído sobre ello. La sociedad lo esconde.
Y ahora te encuentras tú, con tu recién nacido en brazos. En tu casa, acompañada por tu pareja que no llega a comprender qué te pasa. Por qué lloras por cualquier cosa. Por qué no quieres visitas. Por qué no quieres que nadie toque a tu bebé.
El postparto, el gran olvidado. Ese período de la vida en que tus hormonas estarán a flor de piel, más que nunca. Ese período de tu vida en que te convertirás en una poderosa mamífera que poco podrá razonar, sino sentir.
El postparto, tan duro, tan intenso y poderoso. Tan primal, animal, salvaje. Sacará lo mejor y peor de ti. Sentirás miedo y pérdida. Ya no eres quien eras, jamás volverás a serlo. Ahora eres otra, mejor seguro, pero te sientes perdida y en un cuerpo y una mente que no conoces.
A veces querrás huir. Otras encerrarte con tu cría. El postparto removerá toda tu esencia. Todo tu ser.
No sabes ni cómo pero las horas pasan y no llegas a nada más que a poder alimentar a tu cría. No sabes cuándo ni como ducharte, tu bebé te reclama a todas horas. Ya ni menciono la casa, la ropa, las compras, visitas…
¿Y cómo sobrevivir? Te preguntas...
Déjate llevar, escucha tu instinto, tu intuición. Abraza fuerte a tu bebé, no te separes de él. No escuches opiniones ajenas ni consejos que no hayas pedido.
Rodéate sólo de familia o amigos de confianza. Los que no te juzgan y opinan. Los que ayudan con la casa y te traen comida. Los que no esperan visitas de té mientras se turnan para coger en brazos al bebé. Haz tribu.
Esta sensación suele cambiar pasados los tres primeros meses de vida del bebé. Cuando empezáis a conocernos bien. Cuando te sientes cómoda con la lactancia. Cuando tienes a mano sus rutinas. Cuando las hormonas empiezan a armonizarse. Cuando el cuerpo empieza a recuperarse. Pero sobretodo cuando tú te sientes a gusto con tu nuevo yo.
Has renacido, como madre. Ya no eres quien eras. Eres otra. Eres tú. Jamás volverás a ser la de antes. Y es que ya no podrías volver a serlo. No luches contra ello, vívelo y siéntelo en cada poro de tu piel. Estos instantes, aunque duros e intensos, jamás volverán.
Por Laia Casadevall. Matrona
Tomado de Embarazo Consciente
Imagen: Spiritysol