27/03/2025
La actitud y la postura del terapeuta sistémico dependen del modelo específico dentro de la Terapia Sistémica que se utilice, ya que esta no es un modelo único, sino una serie de modelos con una visión común basada en la cibernética del comportamiento humano y la interacción relacional. En este sentido, más que hablar de una única cualidad o actitud, podemos identificar distintos tipos de relación entre terapeuta y consultante según el modelo aplicado.
En modelos como la Terapia Familiar Estratégica, la Terapia Breve de Resolución de Problemas del MRI de Palo Alto y la Terapia Familiar Estructural, el terapeuta tiene un rol más activo y directivo. Aquí, la relación suele ser vertical o asimétrica, en el sentido de que el terapeuta diseña intervenciones para modificar la estructura familiar o interrumpir patrones problemáticos de interacción. En la Terapia Familiar Estructural, el terapeuta asume un rol activo, identificando jerarquías, límites y subsistemas en la familia para reestructurar su organización y promover interacciones más funcionales. En la Terapia Familiar Estratégica, la resolución de problemas se logra mediante técnicas indirectas, paradojas o reencuadres que buscan romper patrones disfuncionales. En la Terapia Breve de Resolución de Problemas del MRI, el enfoque está en identificar y detener las soluciones intentadas que perpetúan el problema, aplicando estrategias breves y pragmáticas.
En contraste, enfoques como la Terapia Colaborativa y la Terapia Narrativa proponen una relación horizontal y dialógica, en la que el terapeuta no se posiciona como experto que impone un cambio, sino como un co-constructor del significado junto con el consultante. En la Terapia Colaborativa, el terapeuta adopta una postura de "no saber", permitiendo que la conversación genere nuevos significados y posibilidades para el consultante. En la Terapia Narrativa, se busca externalizar el problema y reconstruir historias alternativas, promoviendo una relación en la que el consultante es el experto de su propia vida.
Por otro lado, la Terapia Breve Centrada en Soluciones mantiene una postura colaborativa pero enfocada en los recursos del consultante. Aquí, el terapeuta adopta una actitud optimista y orientada a identificar fortalezas, excepciones y soluciones ya existentes, en lugar de enfocarse en el problema. La relación es cercana a la horizontalidad, pero con un enfoque en dirigir la atención hacia soluciones concretas.
Por su parte, la Terapia Breve Estratégica de Nardone propone diferentes posturas relacionales con respecto al consultante dependiento de su "sistema perceptivo reactivo" y de acuerdo con el problema que presente. Busca adptar una postura estratégica adaptada a cada situación en particular.
Finalmente, en modelos sistémico-experienciales como la Terapia Simbólico-Experiencial y la Terapia Centrada en las Emociones, el terapeuta se involucra activamente en la relación terapéutica, a veces de manera confrontativa, como en el enfoque de Carl Whitaker, o de manera empática y validante, como en la Terapia Centrada en las Emociones de Sue Johnson. En ambos casos, la meta es movilizar cambios profundos en la experiencia emocional de los consultantes.
Resumiendo, no hay una única cualidad o actitud que defina a un terapeuta sistémico, sino que esta depende del modelo que utilice. Algunos modelos requieren que el terapeuta tenga una postura directiva y estratégica, mientras que otros lo colocan como un colaborador o facilitador de significados y recursos. Más que una actitud fija, la Terapia Sistémica propone distintas relaciones entre terapeuta y consultante, ajustadas a las necesidades del contexto y del enfoque terapéutico en uso.