29/01/2024
SI TE DUELE EL CUERPO, TE ESTA DOLIENDO EL ALMA
Los descubrimiento realizados por la Física Cuántica (rama de la ciencia que estudia las características, comportamientos e interacciones de partículas a nivel atómico y subatómico) ha logrado aclarar cómo los conflictos emocionales se reflejan en el cuerpo del hombre.
Todo lo que pasa por nuestra mente tanto a nivel consciente como inconsciente se refleja de un modo u otro en nuestro cuerpo; es tan complejo este sistema que según estudios realizados, se ha descubierto que los átomos físicos forman vórtices de energía que giran y vibran constantemente, cada átomo es un centro que irradia energía y cada uno de ellos tienen una función de movimiento y constitución propia y conjuntamente con otros conforman patrones de energía colectivos que pueden ser identificados en la materia física de manera única e individualizada.
Entonces, bajo esta mirada del cuerpo humano, es pertinente preguntarnos
¿Cuánta amargura, se necesita para que se convierta en diabetes?
¿Cuánta soledad, rencor o insatisfacción se requiere para manifestar un cáncer?
¿Cuanta ira, se precisa para que se convierta en gastritis?
¿Cuantas emociones no digeridas necesitas, para que se convierta en problemas estomacales?
¿Cuantas palabras no dichas y guardadas te has callado, para que se transformen en problemas en tu garganta o tiroides?
¿Cuantas insatisfacciones, son necesarias para que se originen las infecciones?
¿Cuanta falta de amor, se requiere para que se genere una dermatitis?
¿Y cual será la dosis de abandono, para la obesidad?
Toda emoción o sentimiento mal canalizado causa una enfermedad y despierta un patrón repetitivo emocional, a causa de nuestros conflictos actuales y aquellos ancestralmente dormidos.
Actualmente se reflejan a nivel mundial dos fenómenos pandémicos; por un lado la necesidad de ingerir ansiolíticos para paliar la ansiedad (intentos que sólo constituyen la bandita que anestesia la herida, más no la cura), y por el otro lado, los dolores y enfermedades de origen somáticos (que muchas veces devienen en orgánicos) que causa el abarrotamiento de consultas médicas, en busca de alivio.
Probables respuestas que te mantienen en ese estado:
No sanas porque desconoces que tu actitud ante la vida es el origen de tu dolencia.
No sanas porque sigues ignorando al poderoso y valioso potencial que llevas dentro.
No sanas porque cuando llega algo bueno a tu vida lo rechazas y prefieres quedarte en tu zona de confort con lo que no te hace feliz.
No sanas porque continúas fingiendo que todo está bien en tu mundo.
No sanas porque no te has atrevido a enfrentarte a las personas que dirigen tu vida.
No sanas porque no cortas los lazos con personas que ya no te nutren.
No sanas porque has asumido que el sufrimiento es parte de la vida, no aceptas que la vida también es fuente de felicidad.
No sanas porque te mantienes en el papel de víctima, reclamándole a Dios, al destino y a los otros el porqué? Y no aceptando la parte de tu responsabilidad en tu sufrimiento, que es el resultado de lo que hiciste o no hiciste para provocarlo
No sanas porque no aceptas a los otros en su naturaleza humana (compartida también por ti) y no dejas de aferrarte a tus expectativas (¡sólo tuyas!) de “ la buena respuesta ajena”
No sanas porque no sabes o ¡no quieres! acallar tu desarmonía interior.
No sanas porque no has aprendido a ver la belleza y armonía de la creación y aprovecharla como tu camino para la paz interior.
No sanas porque soberbiamente te sientes dueño de la verdad, aferrándote al pasado, adivino del futuro y juez implacable de los otros.
No sanas porque te pasas la vida pidiéndole a Dios o al universo que te solucione la vida y te has olvidado que tú eres el sanador.
Y lo más importante no sanarás si no quieres sanar...!!
Hay muchas propuestas y explicaciones sobre los dolores físicos relacionados a los conflictos internos, a continuación ofrecemos una de ellas:
Cómo afectan las emociones
Región torácica es donde más se perciben los efectos de daños en los órganos. Se pueden distinguir problemas como asma, baja presión, úlceras estomacales, problemas cardíacos y diabetes. Las vértebras torácicas son relativamente pequeñas y fijas, aunque tienen cierto grado de flexión, su principal función es servir de conexión para la caja torácica. Sus terminales nerviosas alimentan los principales órganos del cuerpo y por ende están relacionadas con problemas de corazón, pulmones, hígado, riñones, páncreas y estómago.
Zona de las vértebras dorsales se relacionan con las emociones y sensación de malestar en el centro frénico (localizado en el diafragma que separa la cavidad torácica de la abdominal), es por ello que cuando una persona recibe una mala noticia, le falta la respiración y siente malestar en los pulmones y el corazón.
Zona de los hombros y la parte superior de la columna se asocia, con una sobrecarga de responsabilidad o imposibilidad de llevar a cabo las obligaciones que se sienten como propias.
Zona de las cervicales reflejan la flexibilidad emocional, los dolores en la zona del cuello indica la negación, la inflexibilidad, la terquedad y probables problemas en la esfera intelectual.
Zona alta de la espalda puede asociarse a la falta de apoyo emocional o la sensación de no ser amado.
Zona media de la espalda refleja culpas, sensación de carga. Suelen ser personas que se responsabilizan en exceso por la vida de los demás.
Zona lumbar aquí se hacen eco problemas como la depresión y el miedo. Se detectan problemas en los órganos reproductores y en la vejiga. Los dolores en la zona lumbar pueden reflejar a problemas económicos, incapacidad para seguir adelante y miedos a la capacidad sexual; así mismo estar relacionados con el estreñimiento y hemorroides (necesidad de retener situaciones), irregularidades en la menstruación (miedos a la maternidad) debilidad ocular (no querer ver la realidad) y dolores de cabeza todo ello debido a los conflictos internos y la falta de suficiente irrigación sanguínea
Brazos y manos se asocian a la sensación de falta de libertad e imposibilidad de compartir