24/11/2025
El casuario es considerado el ave más peligrosa del planeta, incluso más que un águila o un buitre.
A lo largo del tiempo ha causado más muertes humanas que cualquier otra especie de ave.
En cada pata posee una garra de unos 12 cm.
Con una sola patada es capaz de abrir el abdomen de una persona.
En 2019 provocó la muerte de un hombre en Florida con un solo golpe.
Le abrió el pecho y el hombre falleció desangrado.
La policía lo catalogó como un ataque letal.
Puede correr a 50 km/h en plena selva, avanzando entre árboles, lodo y obstáculos sin perder velocidad.
Es capaz de saltar 2 metros de altura, pasando cercas, troncos o cualquier bulto.
Si decide perseguirte, prácticamente no hay forma de escapar.
Cruza ríos sin esfuerzo y puede nadar varios kilómetros cuando es necesario.
Su resistencia al agua es increíble.
Llega a pesar hasta 85 kilos.
Es el ave más pesada de Asia y Australia, y alcanza la estatura de un adulto promedio.
Puede llegar a medir 1,80 m.
Te mira directamente a los ojos sin miedo.
En la cabeza tiene una especie de casco óseo, similar a un hacha.
Lo utiliza para partir frutas duras, abrirse paso entre la vegetación y pelear con otros casuarios.
Ese casco es hueso puro y macizo.
Es inmune al veneno de serpientes.
Consume frutas altamente tóxicas que matarían a otros animales.
Su estómago puede procesar toxinas mortales y semillas que solo él puede digerir.
Sin los casuarios, muchas de esas especies de árboles desaparecerían.
Por eso se le considera el jardinero de la selva.
Come las frutas enteras y dispersa las semillas mientras se desplaza kilómetros.
Estas germinan mejor después de pasar por su sistema digestivo.
En esta especie, los machos son los que cuidan los huevos y a las crías.
Las hembras solo ponen los huevos y se marchan.
El macho los incuba durante casi 50 días sin comer ni moverse.
Y protege a los polluelos durante unos 9 meses.
Si te acercas demasiado a sus crías, atacará de inmediato.
No avisa ni amaga: golpea directamente.
Sus plumas parecen más bien pelo; no son plumas comunes, se asemejan a crines de caballo.
Son completamente impermeables.
Puede caminar bajo lluvias torrenciales sin mojarse.
Su cuello muestra colores azul y rojo muy intensos.
Cuando se enfada, esos tonos se vuelven aún más brillantes.
Es una señal de advertencia: si lo ves más colorido, aléjate.
Tiene una visión casi de 360 grados.
Sus ojos están ubicados a los lados del cráneo.
Ve prácticamente todo lo que ocurre a su alrededor; sorprenderlo es casi imposible.
Emite sonidos graves, similares a los de un dinosaurio, que viajan varios kilómetros.
Produce infrasonidos que los humanos apenas percibimos.
Así se comunican entre ellos en plena jungla.
Habita en las selvas más densas de Nueva Guinea y Australia, zonas donde pocas personas se aventuran.
Son extremadamente territoriales.
Pueden defender áreas de hasta 5 km² y si entras, no paran de perseguirte hasta que te vayas.
No se rinden y pueden recordarte durante años.
Si alguna vez lo atacas, lo recordará, y la próxima vez no dudará en adelantarse.
Existen casos de casuarios que han atacado personas varios años después de un encuentro previo.
Tienen la capacidad de reconocer rostros humanos.
Su patada genera unos 800 N de fuerza, similar al golpe de un boxeador profesional, pero concentrado en una garra de 12 cm.
Es prácticamente una lanza impulsada por todo su peso corporal.
Los veterinarios les temen más que a los cocodrilos.
En Australia hay carteles que dicen “No alimentar a los casuarios. Peligro de muerte”.
La gente no lo toma en serio.
Ven un ave enorme y creen que pueden darle comida.
El casuario termina asociando a los humanos con alimento.
Entonces se vuelve agresivo, persigue personas y hasta llega a atacar viviendas.
Han tenido que sacrificar casuarios que se volvieron demasiado peligrosos, aunque la culpa recae en quienes los alimentaron.
Es una especie que sobrevivió desde la época de los dinosaurios.
Ha cambiado muy poco en unos 60 millones de años.
En el pasado existieron casuarios que duplicaban su tamaño, pero esos desaparecieron.
Los actuales ya son una versión perfecta; no necesitan seguir evolucionando.