Podemos dejar de comer durante algunas semanas, podríamos pasar algunos días sin beber, pero moriríamos si dejáramos de respirar pocos minutos: estamos inmersos en un ambiente de oxígeno como peces en el agua. La atmósfera contiene un 21% de oxígeno, que supone el 52% de la masa de la corteza terrestre. Asimismo, la mayor parte de los elementos de nuestro cuerpo (65%) son oxígeno, es decir, somos oxígeno. Cada célula necesita oxígeno para su metabolismo. Si les falta, las células mueren, y cuando escasea, en vez de respirar, fermentan y degeneran. La vida es cambio: a nivel atómico este cambio es un vaivén de oxígeno. El oxígeno naciente
El ozono es oxígeno, que en vez de tener dos átomos de oxígeno tiene tres. El ozono medicinal (O3) se obtiene llevando el flujo de oxígeno (O2) por un arco voltaico. El ozono terapéutico es, pues, O2 con una pequeña cantidad de O3. Químicamente el ozono es oxígeno, pero tiene unas propiedades físicas distintas. Los tres átomos de ozono determinan que sea un partícula muy inestable, que enseguida se convierte en un O2, liberando un átomo de O que tiende a combinarse con otro átomo de O para formar un nuevo O2, o bien con otros radicales libres. Así, el ozono se trasforma en pocos minutos en oxígeno desprendiendo un átomo de oxígeno in statu nascendi. La extraordinaria acción terapéutica del ozono médico es debida a este oxígeno naciente. Para qué sirve el ozono
Germicida
Desde su descubrimiento, hace unos ciento cincuenta años, el ozono se ha aplicado para potabilizar el agua y, hoy por hoy, más de 3000 ciudades, entre ellas Los Ángeles, Moscú o París (es decir, todas las ciudades que tienen agua corriente que parece brotar de un manantial) la purifican con ozono. Las aguas embotelladas son tratadas con ozono, ya que, además de purificarla, le da buen sabor. Otra cualidad del ozono que pronto halló aplicación fue la de eliminar los malos olores. Precisamente para combatir los olores de las gangrenas y los tejidos putrefactos el ozono entró en los quirófanos. Fue así como el ozono empezó a eliminar gérmenes antes de que se descubrieran los microbios. El hecho de que se utilice para purificar el agua de estanques y balsas sin contaminarla hace del ozono un elemento esencialmente saludable, con la ventaja que es el único germicida que no es nocivo para la vida animal. El ozono es también la única substancia que es eficaz a la vez en las infecciones bacterianas, en las víricas i contra los hongos. Bactericida
Destruye las bacterias, razón por la cual se utiliza para la limpieza de heridas desde la primera guerra mundial. Se aplica sobre todo externamente en heridas que no se curan, supuraciones, forúnculos, llagas, úlceras decúbito, pie de diabético, etc. También es eficaz en las infecciones de la sangre, sepsis, endocarditis bacteriana, neumonías, tuberculosis. Viricida
Destruye los virus; su aplicación es altamente eficaz en las infecciones virales, así como en los casos de hepatitis o herpes zóster/simples. Fungicida
Es eficaz en los tratamientos contra los hongos de diferentes localizaciones: desde la persistente cándida vaginal al pie de atleta. Aumenta el riego sanguíneo
El ozono tiene una acción directa sobre los glóbulos rojos, que se despegan cuando circulan apilados, con lo que aumenta su capacidad de transporte de oxígeno. Si se examina la sangre fresca antes y después de la aplicación de ozono, es posible observar como cambia a un color rojo claro, como los glóbulos rojos se han despegado y son mucho más brillantes. Produce un aumento de la superficie de intercambio. Se aplica también para trastornos circulatorios del cerebro, el corazón y la periferia (brazos y piernas). En enfermedades vasculares periféricas, gangrena y úlceras de las extremidades, el uso de ozono a ahorrado muchas amputaciones. El tratamiento para las gangrenas se realiza colocando la extremidad afectada dentro de una bolsa de plástico que se hincha con ozono, éste penetra a través de la piel y la curación es tan rápida que a menudo el color pasa de negro a rosado durante el primer tratamiento. El cerebro es especialmente sensible a la falta de O2, aunque solo representa el 2% del peso total del cuerpo consume un 20% de oxígeno. La falta de oxígeno en el cerebro suele originar una pérdida de memoria y dificultad de concentración, y es uno de los factores desencadenantes fundamentales de la senilidad. Desintoxicante
La respiración, en su sentido más amplio, consta de tres fases: la primera es la incorporación del oxígeno a la sangre a nivel pulmonar, es decir, la respiración en el sentido más estricto; la segunda es la circulación de la sangre que lo conduce a todos los tejidos del cuerpo, para que no le falte a ninguna célula y, por último, que es la parte del proceso más descuidada, la eliminación de los residuos, de los restos de la combustión que, si no drenan, se acumulan y bloquean todo el proceso. La capacidad depuradora del ozono es tan potente que se utiliza también para el tratamiento de las aguas residuales municipales. El ozono deshace las grasas, oxida las moléculas complejas y las degrada a compuestos más simples y fáciles de eliminar. El ozono trasforma las toxinas en dióxido de carbono y agua. También depura los metales pesados. No hay que olvidar que, tal y como se puede observar en las balsas y estanques, su capacidad depuradora no sólo respeta sino que favorece los seres vivos. Estimula el tejido de granulación
Estimula la cicatrización de las heridas, que se curan más deprisa. Es especialmente útil para quemaduras graves y las llagas de la gente mayor.. Regula los compuestos de la sangre
Grasas, lípidos: arterioesclerosis, colesterol
Ácido úrico: gota
Azúcar: diabetes mellitus. Creatinina: enfermedades renales. Analgésico/sedante
En terapias de reumatismo, el añadido de oxígeno puede también explicar la acción del ozono en la ruptura del circulo vicioso de los dolores crónicos de la artrosis: dolor, contractura muscular, mala circulación, hipoxia y acumulación de detritos, degeneración de los tejidos, más dolor, más contractura y tumefacción. La mejora de la circulación propia del ozono invierte el mecanismo: menos contractura, desaparecen los cúmulos tóxicos, disminuyen el dolor y la inflamación, y la lesión tiende a minimizarse en la medida en que sea reversible. Por lo que a la función se refiere, que es lo que realmente importa, se recupera en un grado mucho mayor. La terapéutica de ozono puede potenciarse, además, con un cambio del régimen de vida, especialmente de la dietética. En los casos de enfermedades graves es muy conveniente un régimen a base de vegetales crudos y frutas, así como recorrer a medidas higienistas que tiendan a favorecer la eliminación de toxinas y la depuración de la sangre.