23/08/2017
Cuando una persona lesionada visita a un huesero, el huesero en principio hace que el paciente se relaje y le explique el problema que lo aqueja. El huesero se muestra muy interesado por el tipo, la severidad, y la antigüedad de la lesión. Los signos corporales visuales, como pueden ser las deformidades, los enrojecimientos, los edemas, y las magulladuras, sugieren el tipo de lesión en cuestión y ayudan a que el huesero la ubique con mayor precisión. El huesero también puede controlar el rango de movimiento del miembro o el torso lesionado del paciente, cuando esto es posible.
A continuación, el huesero puede preparar al paciente para palparlo, aplicando sobre sus manos y sobre el cuerpo del enfermo, un agente lubricante y/o que de calor, como por ejemplo pomada, aceite o crema. Los hueseros necesitan que sus manos puedan moverse sin trabas por el cuerpo del paciente, permitiéndoles obtener más información sobre la lesión que deben tratar. El huesero mueve sus manos alrededor de la lesión mientras que presiona suavemente la carne, tratando de ubicar indicios de molestias o dolores. Cuando localiza y palpa los puntos con problemas, sus manos detectan irregularidades y cambios en la tumefacción, la suavidad y la temperatura.
Para contactar con un huesero estoy a su disposición.