24/08/2022
LAS EMOCIONES NO SON EL ORIGEN DE LAS ENFERMEDADES
En el siguiente relato trataremos de dar un ejemplo como se producen las mal llamadas enfermedades, que no son más que choques biológicos o adaptaciones
Una vez un grupo de científicos experimentó con 3 serpientes en un laboratorio totalmente esterilizado. No era posible que los microbios provocasen enfermedad alguna. A la serpiente 1 le ponían en la boca un trozo de animal que parecía vivo, la serpiente segregaba veneno, pero "la presa" no moría, ni se paralizaba. Así durante varias semanas. Pasado un mes dejaron que la serpiente creyera que el animal estaba mu**to y ya no podía escapar.
A la serpiente 2 le daban comida atada a un cable de acero. Cuando la comida entraba en el estómago, y ya parecía que empezaba a digerir, los cientifícos estiraban del cable y le arrebataban la comida a la serpiente, sacándola directamente del estómago. Así durante varias semanas.
A la serpiente 3 la estuvieron "asustando", constantemente, de repente, aparecía un muñeco simulando ser un depredador que perseguía a la serpiente, y la serpiente huía, y el muñeco la tocaba y parecía que fuera a matarla. Así repetidas veces, una y otra vez, durante varias semanas.
La serpiente 1 desarrolló un cáncer en la glándula venenosa. La serpiente 2 un cáncer en el páncreas. La serpiente 3 agudos problemas respiratorios.
El origen de estas alteraciones tan concretas de respectivos tejidos no fueron unos supuestos microbios inexistentes en este laboratorio. Tampoco fue el miedo, porque las serpientes, aunque proyectemos sobre ellas una mirada antropocentrista, no sienten miedo. No sienten miedo porque técnicamente, orgánicamente, carecen del sistema cerebral capaz de sentir miedo, no el miedo que sentimos los mamíferos, por ejemplo.
Lo que sí vivieron estas 3 serpientes fueron respectivos y concretos choques biológicos, de una forma extraordinariamente constante, pues normalmente, en la naturaleza, no se dan las situaciones que vivieron nuestras amigas torturadas.
La serpiente 1 vivió una desvalorización funcional, vio, sintió, detectó, era evidente que no estaba segregando suficiente veneno como para matar a la presa. Por ello la glándula creció con el sentido biológico de producir más veneno y ser eficaz funcionalmente. Eficaz para que recuperar el equilibrio a nivel de supervivencia. No intervino emoción alguna, simplemente la naturaleza hizo lo que lleva haciendo durante millones de años cuando sucede una vivencia funcional que no puede realizarse correctamente.
La serpiente 2 hizo lo propio potenciando la capacidad del páncreas para generar el jugo gástrico que logra digerir la presa. Por eso el tejido del páncreas creció extraordinariamente. Trataba, infructuosamente, de ser eficaz. No sentía rabia. La serpiente no puede sentir rabia, ni sensación de "joder, qué putada". Este tipo de matices, emociones, complementarios, forman parte de nuestra "mamiferocidad".
El sentido biológico de las alteraciones respiratorias que vivió la serpiente 3 fue el de aumentar la capacidad pulmonar para lograr mayor velocidad de huida, cosa que no lograba. En los momentos de tregua, los tejidos se regeneraban, es entonces, cuando aparecían las dificultades respiratorias. No es que la serpiente 3 sintiera miedo, como ya dijimos. Simplemente se adaptaba extraordinaria y funcionalmente para lograr sobrevivir y recuperar su equilibrio.
Esencialmente, es lo que sucede en toda la naturaleza cuando, sea el ser vivo que sea, conflictua biológicamente desequilibrándose la estabilidad de su supervivencia.. El miedo o el asco aunque estuvieran presentes en las plantas, que no es el caso, o los insectos, o cualquier otro tipo de ser vivo, las emociones, allí donde estén, están como reacción complementaria en algunas de esas vivencias conflictivas directa y esencialmente relacionadas con el desequilibrio de la supervivencia.
Ver en las emociones el origen de la enfermedad es como ver el humo del incendio de algunas casas al paso de la lava de un volcán en erupción. Así como el humo puntual de alguna casa incendiada no es el origen del fuego, las emociones no son el origen ni la naturaleza esencial del proceso del fuego.
No es una cuestión de corregir el enfoque sino de comprender esencialmente por qué, cómo y para qué de las leyes biológicas. Cuando nuestra atención y entendimiento va hacia las emociones, no comprendemos el sentido biológico de la enfermedad. La teoría emocional distorsiona la interpretación de la realidad de lo que sucede, no nos permite ver la profunda inteligencia que ha operado durante millones de años y seguirá operando.
No importa si buscamos "gestionar las emociones", si tratamos de modificar las vibraciones, si hacemos rituales de desahogo, si tomamos tal o cual medicamento, alternativo o propuesto por la industria farmacéutica.
Nada de todo esto está relacionado directamente con el evento conflictivo biológico, con la activación del programa biológico, con los tiempos que precisa el programa a nivel de la psique, cerebro y tejido alterado.
Somos tan pesaditos porque la gente habla del humo ocasional que no está presente en todo el panorama, no ve el volcán: las 5 leyes biológicas.