Maribel Briceño D Maestre Psicóloga

Maribel Briceño D Maestre Psicóloga Psicóloga Clínica, Psicoterapeuta de Orientación Psicoanalítica, y Máster en Asesoría Familiar.

El despecho de tu ex 🆘 Por lo general, cuando imaginamos una ruptura difícil, pensamos en lágrimas, silencio y distancia...
08/11/2025

El despecho de tu ex 🆘

Por lo general, cuando imaginamos una ruptura difícil, pensamos en lágrimas, silencio y distancia. Pero para muchas personas, el fin de la relación se convierte en otra cosa: un campo de batalla emocional donde el objetivo no es sanar, sino ganar.

El despecho esa mezcla amarga de dolor, orgullo herido y rabia puede transformar a un individuo razonable en alguien irreconocible. Psicólogos y terapeutas familiares coinciden: tras un divorcio, hombres y mujeres pueden exhibir conductas impulsadas no por amor perdido, sino por ego vulnerado, envidia y deseo de control.

No importa el género. Lo que importa es la herida.

☄️Envidia emocional y el “¿por qué tú y no yo?”

Cuando uno de los ex rehace su vida con una nueva pareja, estabilidad emocional o incluso mayor tranquilidad puede despertar en el otro una reacción visceral. No se trata sólo de extrañar, sino de una comparación constante:
• “¿Por qué él está feliz?”
• “¿Por qué ella ya siguió adelante?”
• “Yo debería haber sido quien ganara esta historia.”

Según estudios sobre duelo amoroso y resiliencia emocional publicados por la American Psychological Association, una separación puede activar emociones comparables a las del rechazo social y la humillación pública. El cerebro interpreta la pérdida como amenaza al estatus y a la identidad, activando mecanismos defensivos como la negación, la rabia y la desvalorización del otro.

💥Del dolor al ataque: cuando el ex se convierte en enemigo:

En ciertos casos, el despecho deriva en conductas hostiles y persecutorias:
• Críticas constantes o difamación
• Intentos de humillar o exponer al ex
• Vigilancia en redes sociales
• Obstaculización económica, legal o social
• Competencia explícita por “quién gana la vida post-ruptura”

Para estas personas, ver al ex feliz no sólo duele: amenaza su narrativa interna. Si el otro está bien, entonces “yo perdí”.

🌪️Los hijos como trofeos emocionales:

Uno de los fenómenos más graves que describen terapeutas familiares es cuando el conflicto se traslada a los hijos. No como víctimas directas, sino como herramientas simbólicas:
• Convertir la crianza en una guerra
• Manipular emocionalmente al menor (“si lo quieres, no veas a tu papá/mamá”)
• Hablar mal del otro progenitor
• Competencia por “ser el favorito”
• Amenazas con denuncias falsas o restricciones de visitas (en casos extremos)

Esto puede desembocar en alienación parental, un patrón donde uno de los padres influye en el hijo para rechazar injustificadamente al otro. Investigaciones en psicología familiar muestran que los niños atrapados en este triángulo desarrollan:
• Ansiedad
• Lealtades divididas
• Dificultades para confiar
• Patrones relacionales inseguros en la adultez, los hijos desarrollan sentimientos negativos hacia la nueva familia del padre o la madre que está bien.

El conflicto deja de ser con la ex pareja y pasa a ser con la realidad misma.

Cuando hay rasgos de personalidad que intensifican el drama.

No todas las personas reaccionan igual. Aquellos con rasgos de personalidad más vulnerables al abandono o a la herida narcisista suelen caer más profundo en la espiral:

🌫️Rasgos narcisistas:
• Necesidad de ganar
• Intolerancia al rechazo
• Deseo de castigar al otro

🌑Rasgos límite (TLP):
• Miedo extremo al abandono
• Idealización y devaluación inmediata
• Conductas impulsivas y reactivas

En estos casos, la pérdida de la relación se siente como una pérdida del yo. No es sólo “te vas”. Es “me destruyes”.

🔥El desenlace: paz o guerra:

En última instancia, hay dos caminos después del divorcio:

1. Procesar el duelo
• Terapia
• Reconstrucción personal
• Co-parentalidad sana

2. Convertir la ruptura en identidad
• Ser “la víctima”
• Ser “el vengador”
• Vivir desde la comparación

El primer camino libera. El segundo encadena.

El verdadero cierre es interno

El despecho no aparece porque la historia terminó, sino porque la identidad se sintió rota en el proceso. Para quienes lo viven, la tentación de “ganar” puede ser poderosa. Pero como recuerdan los terapeutas familiares:

Nadie gana una guerra emocional donde los hijos quedan en medio. Nadie gana una vida donde el ex sigue viviendo dentro de la mente.

A veces, la mayor victoria tras el divorcio no es ser más feliz que el otro.
☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️
Es ser libre del otro.
☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️

“La mente puede ser nuestro mayor refugio o nuestro laberinto más complejo. Cuando comenzamos a creer en nuestras propia...
07/11/2025

“La mente puede ser nuestro mayor refugio o nuestro laberinto más complejo. Cuando comenzamos a creer en nuestras propias capacidades, no solo cambiamos lo que hacemos, sino la forma en que nos explicamos el mundo y a nosotros mismos”

“Salir de la zona de confort activa procesos de aprendizaje que fortalecen la autoestima y la resiliencia.”
07/11/2025

“Salir de la zona de confort activa procesos de aprendizaje que fortalecen la autoestima y la resiliencia.”

La sintomatología de los hijos muchas veces funciona como un desajuste en el sistema familiar:Con frecuencia, los síntom...
30/10/2025

La sintomatología de los hijos muchas veces funciona como un desajuste en el sistema familiar:

Con frecuencia, los síntomas que se observan en los hijos como alteraciones emocionales, conductuales o dificultades vinculares funcionan como indicadores de un desajuste en el sistema familiar. En muchos casos, lo que se manifiesta en el niño o adolescente no constituye un problema individual, sino la expresión de tensiones, carencias afectivas o dinámicas disfuncionales que se gestan en el entorno parental.

El funcionamiento emocional de los padres tiene un papel estructurante en la organización psíquica de los hijos. Cuando los adultos no logran regular sus propios afectos, elaborar duelos o sostener límites coherentes, el niño puede asumir inconscientemente la tarea de expresar, a través del síntoma, aquello que en el grupo familiar no puede ser simbolizado o nombrado.

Por ello, los procesos terapéuticos que se centran exclusivamente en el hijo suelen encontrar un punto de inflexión cuando se incluye la dimensión parental. Promover el autocuidado físico, emocional y relacional en los padres no es solo una medida preventiva, sino una intervención esencial que favorece la contención, la estabilidad y la salud mental de todo el sistema familiar.

“Mover el cuerpo es también cuidar la mente.Cada paso, estiramiento o respiración es una forma de diálogo entre lo que s...
29/10/2025

“Mover el cuerpo es también cuidar la mente.
Cada paso, estiramiento o respiración es una forma de diálogo entre lo que sentimos y lo que callamos.”

“El bienestar no es un lugar al que se llega, sino la forma en que aprendemos a caminar con alegría y amor, incluso en l...
24/10/2025

“El bienestar no es un lugar al que se llega, sino la forma en que aprendemos a caminar con alegría y amor, incluso en los días difíciles.”

Feliz jueves 💕
23/10/2025

Feliz jueves 💕

¿Qué te hicieron, Perú?Te miro  y me cuesta reconocer en ti la serenidad que mereces.Otra vez las calles se llenan de gr...
18/10/2025

¿Qué te hicieron, Perú?
Te miro y me cuesta reconocer en ti la serenidad que mereces.
Otra vez las calles se llenan de gritos, de miedo, de confusión. Otra vez la violencia cobra vida, y la vida se vuelve un número. Y no importa de dónde venga: toda violencia es pérdida. Toda muerte es un fracaso colectivo.

No hablo desde la política, sino desde el sufrimiento humano. Y lo que hoy se respira en el Perú es un cansancio profundo, un agotamiento emocional que trasciende cualquier ideología. Lo que vemos no es solo una crisis institucional: es una herida psicosocial que se ha ido abriendo con los años, y que hoy sangra a la vista de todos.

Perú vive en estado de alerta. La inseguridad, la desconfianza, la falta de justicia y la sensación de abandono han instalado un clima emocional de miedo y desánimo. Cuando las personas sienten que su voz no cuenta, cuando las promesas se repiten sin cumplirse, cuando el peligro se vuelve parte del paisaje, la mente se desgasta. La ansiedad y la frustración se vuelven parte de la identidad colectiva.

Esa tensión constante tiene consecuencias invisibles: insomnio, irritabilidad, desesperanza, violencia doméstica, pérdida de empatía. Son síntomas de un país que no solo está dividido políticamente, sino emocionalmente fragmentado.

Desde la psicología sabemos que el trauma no tratado se repite. Y en el Perú, cada crisis parece reactualizar la anterior. Cada enfrentamiento revive antiguos miedos. Cada abuso, cada acto de represión o de venganza, profundiza la herida que aún no cicatriza. Y lo más grave es que la violencia venga de donde venga deja una marca que no se borra: deshumaniza.

Por eso hay que decirlo con claridad: ninguna causa, ninguna bandera, ninguna frustración justifica la violencia.
Nada.
Porque cuando se cruza esa línea, se rompe algo esencial: la empatía, el respeto por la vida, la posibilidad de diálogo. La violencia nunca construye; solo multiplica el dolor.

Y sin embargo, incluso en medio del caos, hay algo que resiste. El Perú tiene que cambiar y ello únicamente depende de todos los peruanos.

Tal vez el camino para sanar empiece ahí, en lo cotidiano. En recuperar la confianza, en escucharnos sin gritar, en reconocer el dolor sin usarlo como arma. Sanar no es olvidar ni negar lo que ocurre; es aprender a mirarlo sin responder con más destrucción.

Como profesional de la salud mental, creo que el Perú necesita más que nunca una conversación sobre su salud emocional colectiva. No hay futuro posible sin reparación interna. No hay democracia sostenible sin bienestar psicosocial. Y no habrá paz mientras la rabia siga sustituyendo a la palabra.

Perú, te acostumbraron a sobrevivir, pero no te cuidaron, te abusaron!
Y aun así, sigues de pie. Sigues sintiendo.
Y mientras haya sensibilidad, hay esperanza.

No sé cuánto tardará en calmarse este dolor, pero sí sé algo: la humanidad que aún vive en ti será más fuerte que la violencia que intenta silenciarte.
Y ese, Perú, será siempre tu mayor acto de resistencia🇵🇪💜

Buen domingo 🌸
12/10/2025

Buen domingo 🌸

Feliz miércoles 🌸
08/10/2025

Feliz miércoles 🌸

Por Maribel Briceño & Fernando MaestreLa empatía es una de las capacidades más significativas en la vida emocional y hum...
08/10/2025

Por Maribel Briceño & Fernando Maestre

La empatía es una de las capacidades más significativas en la vida emocional y humana. Nos permite conectar con la experiencia interna del otro y sostener vínculos basados en la comprensión y el respeto. Sin embargo, pocas veces se reflexiona sobre sus distintas formas y sobre cómo un desequilibrio entre ellas puede afectar nuestras relaciones y nuestra propia salud emocional.

Diversas investigaciones describen tres dimensiones complementarias de la empatía: la cognitiva, la emocional y la compasiva o preocupación empática. Comprender cómo interactúan entre sí nos ayuda a desarrollar una empatía madura, consciente y sostenible.

1. Empatía cognitiva: comprender sin confundirse:

La empatía cognitiva consiste en entender la perspectiva del otro: captar sus pensamientos, motivaciones y emociones desde la razón.
Es la base del entendimiento interpersonal y nos permite comunicarnos de manera más efectiva, evitando interpretaciones erróneas o juicios impulsivos.
No obstante, cuando predomina en exceso, puede volvernos observadores distantes: entendemos lo que el otro siente, pero no lo acompañamos emocionalmente.

2. Empatía emocional: resonar con la experiencia ajena:

La empatía emocional implica sentir junto al otro. Es la respuesta afectiva que nos conecta con el dolor, la alegría o la angustia ajena, generando una sincronía emocional casi inmediata.
Esta forma de empatía nos acerca y humaniza, pero también requiere regulación. Sin un adecuado manejo emocional, puede derivar en sobrecarga empática o fatiga por compasión, especialmente en contextos de ayuda o acompañamiento.

3. Preocupación empática o empatía compasiva: transformar el sentir en acción:

Este nivel integra los anteriores y los orienta hacia la acción.
Supone no solo comprender y sentir, sino responder de manera constructiva, con el propósito de aliviar el sufrimiento o acompañar de forma efectiva.
La empatía compasiva representa la madurez del vínculo empático: una sensibilidad regulada que nos permite cuidar sin desbordarnos y actuar sin perder la claridad emocional.

El equilibrio que nos permite sostener🌸

La empatía saludable surge del equilibrio entre razón, emoción y acción.
Demasiada distancia cognitiva nos enfría; demasiada resonancia emocional nos agota; demasiada acción sin comprensión puede volver la ayuda ineficaz.
El desafío está en integrar las tres dimensiones de manera flexible, para poder comprender profundamente, conectar genuinamente y actuar responsablemente.

“Cuando la empatía se transforma en compasión, deja de doler y comienza a sanar.”

Con cariño🌸Maribel & Fernando 🪬
01/10/2025

Con cariño🌸
Maribel & Fernando 🪬

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