
03/02/2023
“Una carta para ese alguien que nos MARCÓ LA VIDA”
-Querido tú, ese del nombre que no
puedo mencionar:
Ya ha pasado un tiempo de no hablar, de no verte ni de acariciar tu mano al caminar. Ha sido difícil, no te lo voy a negar. Las noches suelen ser un requinto innecesario de tu voz entre las paredes de la habitación. Las vueltas en mi cama me recuerdan el espacio vacío que hay de mi lado izquierdo del colchón. Y entre sueños, me descubro
percibiendo aun el olor de tu piel.
Las cosas por aquí no cambiaron tanto. La sudadera que tanto te gustaba, sigue esperando tu llegada. Tu taza favorita sigue en la cocina y tus risas parecieran que hacen eco entre mi soledad y mi sala. Trato de escapar en la música, pero no hago más que recopilar nuestras escenas juntos con la melodía de cada canción.
Increíble que aun con el tiempo trascurrido y los amores marchitos, sigues siendo lo más importante en mi memoria. Es imposible desplazarte de lugar, no sabría si te lo ganaste o te lo otorgue por lo que sufrí o por lo que ame, pero sé que no se trata de mí ni de ti, si no de lo que fuimos y no hay forma en que yo pueda borrarnos.
Hice míos tus demonios y aunque tú escapaste en mi primer rayo de oscuridad, siguen caminando conmigo en cada despertar. Creí haberte superado, que el reloj hizo su trabajo, pero solo aprendí a vivir sin ti. Tu ausencia sigue siendo esa historia que me recuerda donde fui tan feliz.
No comprendo en qué momento dejaste de sentir. ¿Cómo si esto era tan grande lo dejaste ir? Tantas cosas que decir, tanto que reclamar o suspiros que soltar, pero solo me queda agradecer la experiencia vivida porque me ayudaste a sacar la mejor versión de mí. Para que manchar nuestra historia con odios y matices oscuros, cuando en su momento, fuiste todos los colores de un atardecer incendiado de amor y pasión. Llenaste cada aspecto de mi vida y me lo arrebataste en tu partida. Y aunque hay ciertos vacíos que nunca lograré llenar, sé que era lo mejor ponerle punto final.
Tú, el nombre que no puedo pronunciar, pero tampoco olvidar, pasa el tiempo y tu recuerdo no se va. No necesito nombrarte, pues habitas en las grietas de mi corazón. Las lecciones aprendidas llevan tu nombre y tu esencia. Mis sonrisas más genuinas
te las llevaste al cerrar esa puerta. Tuve que trabajar con la oscuridad que dejaste y aprender a lidiar la vida con los demonios que me regalaste.
Dejarte ir me despertó, aunque la verdad, me hubiera gustado seguir soñando a tu lado.
Y aunque ya no somos ni seremos, esta carta va para ti, porque sigues siendo esa persona que se me viene a la mente sin tener que pronunciar tu nombre en este par de renglones.
Gracias por lo aprendido. Gracias
por lo vivido. Gracias por ser esa historia que me hace sentirme vivo.
Con cariño:
El nombre que tu tampoco podrás pronunciar.Cred: Anacaren Gutiérrez