02/08/2020
PROFESIONALES QUE SE JUEGAN LA VIDA
EL COVID-19 UNA BACTERIA LETAL
Las carreras más sacrificadas durante la pandemia que viene afectando al mundo por los contagios y muertes que viene sembrando a su paso, son los médicos, enfermeras, policías, bomberos, periodistas, trabajadores funerarios, escuadrón de recojo de cadáveres infectados por el Covid-19 y trabajadores de limpieza, que a diario ponen en peligro sus vidas por su vocación de servicio a la comunidad.
Muchos de estos héroes anónimos tienen que dejar a sus familias, esposas e hijos, por cumplir con su labor que muchas veces nadie entiende y critica.
Alguna vez se han preguntado, lo que viven muchas de estas personas, mientras nosotros estamos en nuestras casas descansado, viendo televisión o tomando unas cervezas para salir de la rutina del encierro obligatorio a fin de evitar el contagio de este virus letal, que ya ha cobrado inocentes víctimas, desde que se decretó el estado de emergencia sanitaria en nuestro país.
La primera historia de estos héroes anónimos es de un efectivo policial del Escuadrón de Emergencia, que cubre el servicio de madrugada, quien nos cuenta que en su desplazamiento por la Vía Expresa en el sector de La Victoria, encontró a una mujer desmayada en el pavimento y sin mascarilla, a pesar del peligro que significaba por temor al contagio, la auxilió, llevándola al hospital Dos de Mayo, donde quedó internada.
Este valiente policía no lo pensó dos veces para auxiliar a la joven desfallecida, a pesar que podía ser el blanco del contagio, igual, la auxilio.
Los médicos, enfermeras y técnicos que trabajan en los diversos turnos de los hospitales del Ministerio de Salud y Essalud, se juegan a diario con sus vidas, atendiendo distintos pacientes, muchas veces infectados con el Covid-19, que ya ha cobrado la vida de varios galenos y personal de la salud a nivel nacional.
Así como se tejen entretelones dramáticos, también hay casos por resaltar, donde la eficacia de los médicos a pesar de los escasos recursos, salvan vidas, gracias a su esfuerzo y tesón que ponen en cada paciente, sin importar la condición y edad.
Juan Alegre (83), un paciente que regreso a la vida después de estar internado en UCI por más de cuatro meses, al ser infectado por esta letal bacteria, lucho, para salir adelante y vencer como todo un valiente esta letal enfermedad que casi se lo lleva a la tumba.
“Gracias a los médicos, enfermeras y mi familia, estoy de nuevo en este mundo, fue un suplicio soportar todo estos meses, donde no podía ver a mis hijos, esposa, teniendo que sobrellevar ese dolor y angustia de la soledad, el respirador artificial, que me ponían en el cuello”, comento entre lágrimas el anciano.
Así, como estos testimonios muchos casos hay, como el de Juan Carlos de 25 años, integrante del cuerpo de rescate del Covid-19, quien inicia su turno a las tres de la tarde, donde al llegar a las instalaciones de este Elite, se pone su traje protector, con todos los protocolos de sanidad, para empezar su trabajo recogiendo los cadáveres de los hospitales, casas y calles, de las víctimas de este flagelo llamado Coronavirus.
“Un día nos reportaron que había en la vía pública el cuerpo sin vida de una anciana en San Juan de Miraflores, al llegar acordonamos la zona, descendimos mis compañeros y yo, para proceder al recojo del cuerpo sin vida de la mujer, peo para sorpresa de nosotros y de los vecinos, aún respiraba, solicitando el auxilió rápido a un nosocomio, para su atención.
Así, como estos casos hay muchos, donde tenemos que lidiar con el dolor de las familias, que ya no podrán ver a sus seres queridos, nunca más, porque los cremaran o enterraran en un cementerio donde solo podrán asistir un reducido grupo de personas, allegadas al difunto.
Los que sufren más con esto avatares de los fallecidos por el Covid-19, son los trabajadores de las funerarias, quienes tienen la penosa tarea de preparar a los difuntos en cajones sellados y revestidos de un plástico para evitar el contagio.
Otros que sufren con este trabajo, son los cargadores de los féretros, que tienen que trasladar los ataúdes hasta su última morada, ya que los familiares no pueden hacerlo.
Otros, héroes anónimos, son los hombres y mujeres, que dedican su trabajo como enfermeros y técnicos, que cada día tienen que asistir a los distintos pacientes contagiados con el virus u otras enfermedades.
A ellos, se suman los bomberos y periodistas que cada día tienen que lidiar con su labor de salvar vidas e informar, poniendo en peligro sus vidas.
Desde que se inició esta pandemia en nuestro país, muchos de estos profesionales han caído en las garras de esta letal bacteria, cumpliendo a cabalidad con su profesión.
Estos héroes anónimos, que han perdido sus vidas por salvarlas, no han sido reconocidos, ni homenajeados, solo sus familiares saben del trabajo que han realizado, mientras que el gobierno, ni un discurso o apoyo económico a los caídos en esta lucha por vencer a la pandemia.
Es hora de tomar conciencia, como peruanos, cumpliendo todos los protocolos de sanidad para poder desplazarnos en la calle y no ser víctimas de este terrible mal que ya ha dejado en la orfandad a varios hogares. (César Augusto Huarote López).