02/07/2025
Las costumbres que repetimos son conductas reforzadas por el alivio que generan. Pero no todo lo que alivia, nos hace bien. Quizás si a corto plazo pero a largo plazo nos lleve al malestar cuando las experiencias y/o emociones no son procesadas.
Las costumbres no son neutras: son conductas reforzadas que, en su momento, nos sirvieron para adaptarnos. Pero si no se analizan funcionalmente (Froxán), y se repiten sin considerar el contexto presente, se convierten en rigidez que obstaculiza el cambio. Como señala Linehan, sólo al actuar desde el balance entre aceptación y el cambio, conociendo la dialectica, aprendiendo habilidades nuevas; podemos salir de ese círculo repetitivo y construir un sentido.
El cambio implica dejar de evitar el malestar… y elegir la conciencia que te acerca a lo que sí importa, a lo que te permite la aceptación de polos opuestos para poder manejar las emociones.
La dialéctica ayuda a conciliar polos opuestos. Esta síntesis ha sido reconocida por la filosofía tanto occidental como oriental.
Por ejm, la regulación de emociones, la efectividad interpersonal, la tolerancia al malestar, la capacidad de concentración y la autorregulación forman parte de habilidades importantes en la manera de afrontamiento.
Bien es cierto que, si alguien es muy vulnerable, no tiene las habilidades necesarias y siente que su vida está fuera de control, muchas veces su conducta que es considerada un problema, no solo es entendible, sino esperable porque está haciendo lo mejor que puede con lo que ha aprendido.
El cambio es posible si no te defines por tus emociones, si no te defines por lo que aprendiste, si no te defines por tu historia (Psic. Daniela Zevallos).
Fuentes: Juan Pablo Boggiano y Pablo Gagliesi. (2020) Terapia Dialéctico Conductual.
Linehan, M. M. (1993). Cognitive-Behavioral Treatment of Borderline Personality Disorder. Guilford Press.