22/10/2025
Desde muy pequeña, Regina había aprendido que las despedidas podían ocurrir sin aviso. Una mañana, su padre salió de casa y nunca más regresó. Nadie le explicó nada. Cada tarde, ella arrastraba una silla hasta la ventana y se subía para esperarlo, convencida de que en cualquier momento aparecería, sin embargo, nunca llegaba. Su madre, envuelta en su propio dolor, evitaba responder sus preguntas.
En la escuela, el dolor se hacía más evidente. Observaba a sus compañeros correr hacia sus padres al salir de clases o contar entusiasmados los paseos del fin de semana. En esos momentos, Regina sentía un hueco en el pecho, una tristeza que no sabía cómo expresar.
Años más tarde, ya adulta, Regina supo la verdad: su padre había formado otra familia. Aunque comprendió racionalmente su ausencia, algo dentro de ella seguía en guardia. No entendía por qué cada vez que alguien se mostraba afectuoso, una parte suya se tensaba, esperando el abandono.
***************************************
El 𝗲𝘀𝗾𝘂𝗲𝗺𝗮 𝗱𝗲 𝗔𝗯𝗮𝗻𝗱𝗼𝗻𝗼 se forma cuando, en la infancia, se viven pérdidas, ausencias o inestabilidad emocional por parte de las figuras de apego. La persona crece con el temor de que quienes ama la dejen, manteniendo una sensación constante de inseguridad y vacío.
Regina había llevado un proceso terapéutico que le permitió identificar sus esquemas y modos. Uno de los más significativos era el de Abandono, que la llevaba a interpretar los cambios o demoras como señales de rechazo. Con el fortalecimiento de su modo 𝗔𝗱𝘂𝗹𝘁𝗮 𝗦𝗮𝗻𝗮, aprendió a observar sus pensamientos sin dejarse dominar por ellos, logrando una vida más estable y consciente.
Un día, su esposo que trabajaba en una mina, en provincia, y regresaba a casa cada tres semanas, le avisó que, por el mal tiempo, su vuelo se había cancelado y que saldría al día siguiente si las condiciones mejoraban. Al leer el mensaje, Regina sintió esa vieja punzada en el pecho: la misma sensación que cuando, siendo niña su padre no regresaba a casa. Su mente se llenó de pensamientos negativos: “𝗦𝗲𝗴𝘂𝗿𝗼 𝘆𝗮 𝗻𝗼 𝗾𝘂𝗶𝗲𝗿𝗲 𝘃𝗲𝗻𝗶𝗿… 𝗾𝘂𝗶𝘇𝗮́𝘀 𝗲𝗻𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗼́ 𝗮 𝗮𝗹𝗴𝘂𝗶𝗲𝗻 𝗺𝗮́𝘀 𝘆 𝘆𝗮 𝗻𝗼 𝘃𝗼𝗹𝘃𝗲𝗿𝗮́”.
Regina respiró varias veces y se detuvo. Vio que esa reacción no provenía del presente, sino del pasado. Desde su Adulta Sana, se habló con calma: "𝗡𝗼 𝘁𝗲𝗻𝗴𝗼 𝗲𝘃𝗶𝗱𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝗲́𝗹 𝘀𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗲́ 𝗮𝗹𝗲𝗷𝗮𝗻𝗱𝗼. 𝗟𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗼𝗰𝘂𝗿𝗿𝗲 𝗲𝘀 𝘂𝗻𝗮 𝘀𝗶𝘁𝘂𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗲𝘅𝘁𝗲𝗿𝗻𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝗱𝗲𝗽𝗲𝗻𝗱𝗲 𝗱𝗲 𝗺𝗶́, 𝗻𝗶 𝗱𝗲 𝗲́𝗹. 𝗘𝘀𝘁𝗼 𝗲𝘀 𝘀𝗼𝗹𝗼 𝘂𝗻𝗮 𝗱𝗲𝗺𝗼𝗿𝗮, 𝗻𝗼 𝘂𝗻 𝗿𝗲𝗰𝗵𝗮𝘇𝗼”y le respondió con serenidad y calma: "𝐐𝐮𝐞́ 𝐩𝐞𝐧𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐞𝐥 𝐦𝐚𝐥 𝐭𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨. 𝐄𝐬𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫𝐞 𝐲 𝐫𝐞𝐠𝐫𝐞𝐬𝐞𝐬 𝗽𝗿𝗼𝗻𝘁𝗼, 𝐜𝐮𝐢́𝐝𝐚𝐭𝐞 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨, 𝘁𝗲 𝗮𝗺𝗼". Al hacerlo, comprendió que su historia pasada ya no definía sus reacciones ni su presente.
𝗣𝘀. 𝗣𝗮𝘁𝗿𝗶𝗰𝗶𝗮 𝗨𝗴𝗮𝗿𝘁𝗲
Entrenadora Certificada por la International Society of Schema Therapy
www.cetep-esquemas.com