
17/09/2023
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Si agarras un sapo, lo pones en una olla con agua y lo llevas al fuego, observarás algo muy interesante:
El sapo se adapta a la temperatura del agua, permanece adentro y continúa adaptándose al aumento de temperatura. Pero, cuando el agua llega al 🌡punto de ebullición, por más que le gustaría saltar de la olla, ya no puede porque está demasiado débil y cansado por los esfuerzos realizados para adaptarse a la temperatura.
Algunos dirán que lo que mató al sapo fue el agua hirviendo. En realidad, lo que mató al sapo fue su "incapacidad para decidir cuándo saltar"
Deja de "adaptarte" a situaciones peligrosas, personas equivocadas y hábitos nocivos. Si continúas normalizando ese mal vivir, corres el riesgo de "morir", sufrir las graves consecuencias de la pasividad e inacción.
¡¡Salta apenas puedas!!
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