05/04/2022
A menudo no somos conscientes de qué es lo que nos bloquea, lo que nos provoca temor y lo que nos causa sufrimiento. En gran medida el origen está en lo aprendido cuando éramos niños, esas heridas que nos han ocasionado nuestras primeras experiencias con el mundo y que no hemos podido sanar. Quien vivió el abandono en su infancia, generalmente en la edad adulta se puede sentir desamparado. El abandono es la herida que más perdura porque deja una fisura casi irreparable en el alma y grabada en el inconsciente de la persona que es abandonada. Como consecuencia, cuando se es adulto, se intenta prevenir el hecho de volver a sufrir el abandono y cuando por algún motivo se activa esta herida, se adopta inmediatamente una máscara, es decir, un comportamiento que en realidad no corresponde con quienes verdaderamente somos, se tiene miedo a la soledad, se hace lo posible por llamar la atención y ser amado, se aguanta situaciones difíciles en vez de ponerle fin, se tiende a convertirse en víctima y se necesita la atención y presencia de otros.
Para sanar esta herida, es importante tener conciencia de que nos causa dolor y que empezar a curarla es lo que nos permitirá ser felices verdaderamente.
En la psicoterapia trabajamos el miedo a la soledad, el temor a ser abandonados y el rechazo al contacto físico (abrazos, besos, contactos sexuales…) como parte del proceso para poder sanar. No sufras más, busca ayuda profesional, podemos ayudarte.