10/08/2024
DATOS SOBRE NUESTRO MICROBIOMA
El microbioma intestinal es todo un ecosistema que habita en nuestros intestinos, su mantenimiento y equilibrio depende de nuestra alimentación, estilo de vida, genética, forma de nacimiento, si recibimos lactancia materna o fórmula, estrés y exposición a sustancias químicas en nuestro día a día (incluyendo antibióticos y otros medicamentos).
Todas las enfermedades nacen en el intestino, ya que existe relación entre este y el cerebro, la piel, el sistema inmune, etc. Por ello la disbiosis es el origen de muchas patologías inmunes, alérgicas y endocrinas.
El microbioma, además, influye en la producción de neurotransmisores, jugando un rol importante en problemas como la ansiedad, depresión, demencia, Parkinson y otras. Incluso en el 2018 la revista Neuropsycobiology explica la relación del microbioma con enfermedades neuropsiquiátricas y el autismo.
La piel también es un reflejo de nuestro microbioma, por ello la alimentación basada en procesados, ultraprocesados y azúcares, se asocia a mayor incidencia de rosácea, acné, dermatitis atópica; y al modificar la microbiota mejoran los síntomas.
Los principales factores que alteran el microbioma son:
• Azúcar a la cabeza por el grado de inflamación y disbiosis que produce.
• Alcohol,
• Antibióticos,
• AINES
• IBP, como el omeprazol y la ranitidina
• Infecciones, estrés, pesticidas,
• Aceites inflamatorios, como el aceite de canola, de girasol y demás aceites vegetales.
• Desinfectantes químicos, jabones, perfumes, entre otros que actúan como disruptores endocrinos.
• Algunos tipos de cirugías como las apendicectomía y colecistectomías.
Mientras que los que lo mejoran son:
• Alimentación saludable, variada y en lo posible orgánica,
• Fermentados, como el kimchi, la kombucha, kéfir, chucrut.
• Interacción con la naturaleza, las plantas, el suelo, las mascotas,
• Fibra,
• Ejercicio,
• Respeto de un buen ritmo circadiano, levantarnos con el sol y acostarnos más temprano.
Ingrid Tovar
Pediatra funcional