
27/10/2024
Aquí les dejo algo para leer. Gracias por leer y por compartir. Apto solo para lectores que pueden leer contenido de alta densidad. https://www.facebook.com/photo/?fbid=591146516574735&set=a.233802212309169&locale=es_LA
¿CAMBIO o ACEPTACIÓN?
El cambio es una constante en todo y en todos. Las personas cambiamos por muchas razones: por nuestras experiencias de vida, ya sean positivas o negativas, que moldean nuestra perspectiva del mundo. A medida que maduramos, cambian nuestras prioridades, valores y perspectivas, y los cambios en nuestra conducta son más notorios.
Considero que una de las fuentes que mayor impacto tienen en nosotros son las relaciones interpersonales, donde el cambio puede darse por voluntad, por deseo, por valoración o por amor. Las personas con las que nos relacionamos, nuestra familia, amigos y, sobre todo, nuestras parejas e hijos, ejercen una gran influencia en nuestro comportamiento y pensamiento. Todos ellos son fuentes importantes de aprendizaje y motivación.
Las relaciones interpersonales, al ser una variable constante y una necesidad en la vida de las personas, ejercen un apalancamiento en el proceso de cambio y desarrollo. En ese ámbito, sobre todo el más personal e íntimo, las personas deseamos cambiar por nosotros mismos, por los otros y por el otro; porque queremos que la relación funcione, porque queremos que estén orgullosos de nosotros y sumar a su vida. Pero, y quizás lo más importante, es reconocer que también queremos que ellos cambien por nosotros, porque de alguna manera entendemos que el cambio es un símbolo de su amor, de lo importante que somos para ellos o lo importante que es la relación para ellos. Creo que es la forma más simple de decir: “Esto es importante, lo cuido y cambio lo que sea necesario”.
El cambio tendría que ser una opción voluntaria, un gesto de madurez y de valoración. Cuando no se da, cuando se persiste en mantener un hábito que es potencialmente dañino para uno mismo, para el otro, para la relación o para el proyecto en común, es cuando debemos cuestionarnos si debemos simplemente aceptar que la persona es como es o, por el contrario, si está comprometida y, por tanto, dispuesta a cambiar.
El cambio es un viaje que todos emprendemos en algún momento de nuestras vidas. Es un proceso que requiere valentía, compromiso y a menudo, la disposición a salir de nuestra zona de confort. Aunque el cambio puede ser difícil, los beneficios que trae consigo son incalculables. Al final, la decisión de cambiar o de permanecer está en nuestras manos. ¿Estamos dispuestos a arriesgarnos por un futuro mejor? ¿Estamos dispuestos a crecer y evolucionar junto con las personas que amamos? "¿Hasta qué punto estamos dispuestos a cambiar por amor o por mantener una relación?; La respuesta a estas preguntas puede marcar la diferencia en nuestras vidas y en nuestras relaciones y en nuestra felicidad.