24/06/2025
Ser oncólogo pediatra no es fácil, no digo por los estudios que uno debe hacer para llegar a ser subespecialista... Sino de ver a niños indefensos llegando por la emergencia de los hospitales con cáncer muy avanzado, con tumores gigantes que talvez se pudo detectar temprano, o algunos tipos de cáncer que es bien difícil curarlos.
Primero decirle a una mamá o papá que su hijo tiene cáncer ES BIEN DIFICIL, nadie nos enseñó a dar malas noticias y cada sentimiento doloroso del padre es como un puñal en el corazón en nosotros y cada día sentir eso, es difícil de poder manejarlo... Que podemos hacer ante eso? Ser médicos insensibles? No involucrarnos con nuestros pacientes? Volvernos personas duras? .... Bien difícil.. y todo eso nos lo guardamos o lo comentamos en casa pero es hacer sentir mal a nuestra familia.
Otro es cuando en un paciente ya se agotó todo tratamiento curativo y queda pasarlo a cuidados paliativos, y verlos que se van poco a poco y ver a los padres sufrir.. duele mucho, ni tienen idea.
Si nos alegra cuando un niño con cáncer se cura, se toca la campana , es una alegría tremenda en nuestros corazones, nos reconforta y hace sentir que vale la pena haber escogido está especialidad.
Pero igual siempre queda una herida por dentro de los que se fueron, y pensamos... Y SI EN SU CENTRO DE SALUD LO HUBIERAN REFERIDO ANTES...
Ojalá que en el futuro todo esto sea diferente, pero lo dudo, queda seguir adelante, de que forma? No lo sé, solo seguir adelante!