
19/06/2024
El desamor entre dos que se quieren
Por Soria Monsin Dimas Dimas Perú World Dimas Perú
En el universo de la paradoja, dos almas se encuentran, unidas por un amor que, en su esencia, es puro y verdadero. Sin embargo, este idilio se ve empañado por una cruel ironía: sus palabras y acciones, lejos de reflejar la ternura que los invade, se convierten en dardos hirientes que buscan humillar al ser amado.
Es como si un baile macabro se apoderara de ellos, donde cada paso es una puñalada al corazón del otro. Frases cargadas de veneno recorren el aire, dejando cicatrices invisibles que sangran en silencio. I
nsultos, burlas y reproches se convierten en el idioma cotidiano, reemplazando las palabras dulces y los gestos cariñosos que alguna vez llenaron su nido de amor.
En este universo distorsionado, la belleza se marchita, la armonía se transforma en discordia y la paz se ve reemplazada por un constante campo de batalla.
La sinceridad y la lealtad, pilares fundamentales de toda relación sana, se convierten en víctimas colaterales de este desamor tan doloroso.
Es como si una fuerza oscura nublara su juicio, cegándolos ante la realidad de su vínculo. Olvidan que el amor, en su forma más pura, no busca humillar ni destruir, sino construir y elevar.
Olvidan que la familia, ese refugio de comprensión y apoyo, se derrumba ante las constantes agresiones verbales y emocionales.
En este universo de dolor, solo queda una pregunta resonando en el vacío:
¿Cómo es posible que dos personas que se aman tanto puedan causarse tanto daño? ¿Acaso el rencor y la ira han logrado sofocar la llama de su amor?
La respuesta, tal vez, se encuentre en las profundidades de su propio ser. En las inseguridades, los miedos y las heridas del pasado que no han sido sanadas.
En la incapacidad de comunicarse de manera efectiva y de resolver los conflictos de forma madura.
Sin embargo, en medio de este panorama desolador, aún queda un atisbo de esperanza.
Un pequeño resquicio de luz que se aferra a la posibilidad de redención. Porque el amor verdadero, ese que reside en lo más profundo del alma, nunca muere por completo.
Es posible que, en algún momento, estos dos seres perdidos en la bruma del desamor, encuentren la fuerza para mirarse a los ojos con honestidad y compasión.
Que reconozcan el dolor que han causado y se comprometan a sanar sus heridas. Que aprendan a comunicarse con respeto y a resolver sus diferencias de manera constructiva.
Solo entonces, cuando el perdón y la comprensión reinen en sus corazones, podrán reconstruir su universo de amor, uno donde la belleza, la armonía, la paz, la sinceridad y la lealtad sean los pilares que sustenten una familia verdaderamente feliz.