15/06/2025
El Día del Padre no se siente igual para todos.
Hoy es uno de esos días en los que, para muchas personas, el niño o la niña interior se asoma.
A veces con alegría, con nostalgia, con un n**o en la garganta, o con una herida que invisible continúa.
Existen muchas formas de vivir la paternidad.
Están los padres presentes y amorosos,que hoy reciben abrazos, cartas y regalos.
Pero existen otras historias.
Historias de quienes que crecieron sin guía,
que aprendieron a sostenerse solos cuando más necesitaban un abrazo. Que entendieron, demasiado pronto, que el amor podía tener condiciones: que había que ganarse la mirada, el reconocimiento, el cariño.
Historias marcadas por la ausencia, por el silencio de un padre que nunca estuvo o que no supo cómo estar. Y ese vacío… no siempre se ve, pero pesa.
Cuando el vínculo con el padre se rompe nace un duelo silencioso, sin flores ni rituales, pero que acompaña durante años: en los logros que no se comparten, en los abrazos que no llegaron, en el “¿por qué a mí?” que aún resuena en el alma.
Y sin embargo, hay quienes han encontrado el modo de seguir. De sanar. De reconstruirse.
De convertirse en el adulto que necesitaban cuando eran niños. Y eso también es paternidad:
aprender a cuidarse con ternura y firmeza,
paternarse desde dentro con compasión.
También están quienes, con el tiempo, encontraron figuras paternas en otros rostros:
un abuelo, un tío, un hermano mayor, un maestro, un amigo, un padrastro que eligió quedarse cuando otros se fueron.
Y está ese Padre que no todos nombran igual,
pero que muchos sienten cerca: el Padre Celestial,
que no falla, no abandona, no se esconde.
El que abraza desde lo invisible y sostiene cuando ya no queda fuerza.
Por eso, este día no se vive de una sola manera.
Para algunos es una fiesta; para otros, un silencio sagrado. Para algunos es gratitud; para otros, duelo.
Si hoy tu corazón se siente vulnerable,
si el recuerdo duele o simplemente no sabes cómo estar, quiero recordarte algo: Tu sentir es válido. Tu historia importa. Y aunque tu Día del Padre no se parezca al de los demás vívelo a tu manera, en tu tiempo, con tu verdad.
Dra. Fermina L. Román – Psicóloga