09/02/2022
🇵🇷 Andrés Irizarry Troche nació el 4 de febrero de 1915 y cumplió hoy 107 años. Andrés quiso ser doctor o abogado, pero su padre lo sacó de la escuela en octavo grado. Andrés, al igual que sus hermanos, se convirtió en un hijo del cañaveral.
‘Al principio me pagaban 16 chavos al día. Al tiempo llegué a ganar 40 chavos y había que cortar dos toneladas y media de caña por día’, recordó Andrés meciéndose en su hamaca. Mientras sus manos callosas y sin protección de guantes daban cerca de 1,000 machetazos por cada tonelada que tumbaba, las hojas filosas de la caña cortaban su piel.
Nacido y criado en Hormigueros, Andrés vivió de otros oficios. ‘Yo fui barbero e iba por las casas para recortar a mis clientes. Yo cobraba el recorte a 10 chavos, pero en las barberías de los pueblos cobraban a peseta’, declaró el longevo. A veces, el barbero ambulante caminaba desde Hormigueros hasta Mayagüez.
Andrés trabajó de cocinero en el Hotel La Palma de Mayagüez y afirmó: ‘Lo más que me pedían era carne guisada con papas y arroz blanco’. Habiendo soñado con ser doctor, Andrés fue empleado en una clínica que estaba a una cuadra del Hotel La Palma. ‘Mire, en la Clínica Perea yo barría, mapeaba, cocinaba, bañaba a los enfermos, los cuidaba y les ponía inyecciones. Como yo sabía hacer de todo, me mandaban así’, destacó el polifacético de antaño. Carlos Irizarry Vargas, el custodio e hijo de Andrés, añadió: ‘También, mi papá fue el jardinero del Dr. Perea’.
‘Yo fui maestro del cuatro y tocaba con los mejores. Trabajaba los cinco días de la semana y los sábados y domingos me gozaba tocando música sana. Ahora, la música es vulgar y no sirve porque humilla a las mujeres y glorifica la violencia’, opinó el antiguo cuatrista.
Andrés y Valentina Vargas Soto, su compañera de vida, levantaron a su familia de nueve hijos trabajando dignamente y sin recibir sellos de alimentos, (introducidos en la isla trabajadora de Puerto Rico en el 1974), ni Medicaid, (fundado en el extranjero en el 1965), y nunca residieron en vivienda pública. Ahora, Andrés vive en Rincón, Ciudad de los Bellos Atardeceres.
Su hijo Carlos relató: ‘Él come de todo y se toma dos termos de café al día. No es diabético, no tiene alta presión y no toma medicina. Él vive en el segundo piso y sube las escaleras solo. Él está mejor que yo que tengo una rodilla mala’.
Confirmando a su hijo, Andrés Irizarry Troche dijo: ‘Yo me encuentro bien’. Luego, él se levantó de la hamaca y se fue a tomar café.
La foto es una cortesía del Municipio de Rincón, Ciudad de los Bellos Atardeceres.
