11/09/2025
En el camino de la medicina ancestral no estamos aquí para inventar nuevas formas desde la comodidad de nuestras creencias modernas. Estamos aquí para honrar una tradición milenaria que ha sostenido y resguardado los saberes de la selva y a los pueblos amazónicos por incontables generaciones.
El guía que conduce una ceremonia de ayahuasca no bebe el brebaje en cada ceremonia por capricho, ni por gusto, ni por moda. El guía bebe porque así lo dicta la tradición, porque así lo enseñan los abuelos, por que tiene una razón de ser y quien opina lo contrario no conoce la profundidad ni las bases de estos saberes. porque solo a través del brebaje en el cuerpo y en el espíritu se activa la dieta de comunión con las plantas, se abre la visión y se despierta la capacidad de leer las energías que se mueven en el espacio y en los pacientes.
El guía que no bebe ayahuasca durante una ceremonia podrá estar físicamente atento, y cuidando el cuerpo físico de los pacientes, pero estará ciego espiritualmente. Los icaros que cante vendrán de la memoria o de la mente, pero no del espíritu. Y un icaro que no nace de la visión del momento, de lo que la planta le muestra al guía, carece de profundidad. La medicina no se canta desde el ego, o desde la mente, se canta desde la conexión viva con la selva y con el mundo espiritual, tomando el brebaje en cada ceremonia.
El guía que bebe está protegiendo el espacio. Está entrando en el mismo tejido energético que los participantes, viendo de dónde vienen las cargas, qué necesita cada corazón y cómo dirigir los rezos. Así se genera el escudo protector colectivo, ese tejido invisible que cuida a cada uno para que ninguna energía quede suelta ni se adhiera a quien no le pertenece.
Muchos dicen que beber distrae, que el guía puede enredarse en sus procesos personales. Eso sucede cuando el guia no ha hecho su trabajo personal profundo en la selva, cuando no se ha adentrado en sanar sus propias sombras ni ha fortalecido su espíritu en la dieta con las plantas maestras. El verdadero médico tradicional ha pasado años enfrentándose a sí mismo, purificando sus caminos, justamente para que en ceremonia pueda beber y aun así permanecer lúcido, firme, atento, cantando y guiando.
El maestro Francisco Ventura, nuestro maestro de la escuela OniNai, me dijo en la última dieta que estuve con el: “este es un entrenamiento militar, estoy preparando MÉDICOS, gente preparada con estrictos ayunos, purgas, dietas, para salvar almas, para salvar vidas, no pueden darse el lujo de decir: estoy chumado y no puedo atender a otros, son vidas que están en juego.”
Hoy en día existen muchos facilitadores que rehúyen a este trabajo. Prefieren no beber, prefieren no dietar, prefieren no adentrarse en su propio proceso. Pero quien no trabaja en sí mismo, ¿cómo va a sostener el proceso de otro?
Por qué es más fácil distraerse en el proceso egoico de decir: estoy sanando a alguien más, que adentrarme en mis procesos y prefieren venderte la historia de que el guía no necesita beber ayahuasca ni hacer dietas. Por qué claro que no es fácil, no es bonito, no es sencillo.
Nosotros, en el equipo BARIN RONIN, cada año regresamos a la selva para recibir las enseñanzas de las plantas, para renovar el compromiso y para recordar que no somos nosotros quienes inventamos este camino. Somos aprendices eternos de una tradición viva. Y no venimos a cambiar lo que los abuelos han cuidado por miles de años solo porque creemos que sabemos más en esta época.
Recordemos que la ayahuasca fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad en manos del Taita Querubín, que el viajó hasta Estados Unidos para detener esa patente que un Norteamericano estaba reclamando como suya sin conocer la historia detrás de ella. justamente para que nadie pudiera patentarla ni vaciarla de su espíritu, para que no quedara reducida a una sustancia sin canto, sin rezo, sin guía. Para que no se convirtiera en una pastilla más.
Una ceremonia sin dieta, sin rezo y sin un guía que beba ayahuasca, es un ritual sin alma. Es prender un fuego sin calor, es cantar sin voz.
Por eso el guía bebe. No por demostrar nada. No por moda, Ni si quiera por que lo disfrute, Sino porque así lo dicta el espíritu de la selva y porque solo así se sostiene la verdadera medicina.
Pero la responsabilidad está en ti, participante que deseas adentrarte en la profundidad de tu alma, de adentrarte con alguien que ha estado en esos abismos cientos o miles de veces, para poder decirte yo ya estuve ahí y vamos a salir juntos, por que sé cómo hacerlo o dejarte llevar por los que cantan bonito.
Cantos dé Ayahuaska
(tomado de las redes)