19/09/2017
Me uno a las palabras de la Dra. Casanova. El huracán María es una situación difícil para los mayores, ¡imagínese para los chicos! Si tiene niños tomé un momento para leerlo, puede hacer una gran diferencia.
¿Y qué hacemos con los niños en medio de un huracán?
A menudo, la manera en que los niños lidian con desastres o emergencias depende de la manera en que los padres enfrentan el evento.
Los niños hacen lecturas del estado de ánimo de los padres y pueden sentir los miedos y las tristezas de los adultos, sin comprender muy bien lo que está ocurriendo a su alrededor.
¿Qué hacer?
A continuación algunas ideas a tener en cuenta para manejar el estresor que enfrentan los niños:
• Explicar de forma natural y sencilla lo que es un huracán y una tormenta. Explicar a lo que se estarán enfrentando (lluvia, muchos vientos, impacto en árboles y plantas) porque en ocasiones lo que ellos imaginan puede ser más catastrófico que el fenómeno mismo.
• Ayudarlos a que procesen la información que apenas alcanzan a comprender, a través de diversas actividades donde los niños puedan trabajar lo que están imaginando del evento y así lo canalizan (pueden ser dibujos, plasticina, actividades de construcción).
• Aprovechar para que utilicen el maravilloso recurso del lenguaje para expresar cómo se sienten, lo que imaginan, que expresen sus miedos, temores; y hacerlos sentirse seguros y acogidos, protegidos por su familia.
• Involucrarlos en actividades sencillas de acuerdo a su nivel de desarrollo, de manera que sientan que están ellos también contribuyendo con el plan familiar y haciendo su valiosa aportación (por muy pequeña que sea).
• Aproveche este tiempo que es valioso para compartir en familia (Haga una casa de campaña improvisada en su sala, juegue con sus hijos, leale historias, elaboren sus propias historias en papel de construcción, use diversidad de juegos de mesa o improvise juegos sencillos de Veo veo..., entre otros.
• Evite la sobre exposición abrumadora de los medios (radio, televisión, redes sociales) repitiendo la misma noticia desde una perspectiva distinta y abonando más al estado de incertidumbre de los adultos que se proyectará en los niños.
• Transmítale confianza, seguridad, protección, acogida a sus dudas y a sus temores; valídeselos y comuníquele que está protegido por su familia.
Recuerde que el prisma de las emociones de sus hijos, son ustedes los padres.
Saque algo valioso de esta experiencia que es ante todo: familiar y haga que sea un evento que cuente y perdure, de la mejor manera posible, para su familia.