23/09/2025
Mamá con un niño o niña con autismo, hoy quiero hablarte directamente a ti…
Si después del mensaje de esta administración hoy te sientes cargada, quebrantada y culpable porque tomaste Tylenol o acetaminofén durante tu embarazo porque estabas enferma, porque tenías dolor, porque te sentías tan miserable que necesitabas un respiro, quiero que sepas algo con toda claridad: tú no eres la culpable.
No es justo que te hagan cargar con un peso que no te corresponde. Tú hiciste lo que cualquier madre amorosa haría: buscar alivio para poder continuar, para poder sostener tu embarazo y cuidar de tu bebé. No mereces que te juzguen ni que intenten apagar tu corazón con dudas y culpas que nunca debieron ser tuyas.
Tu hijo o tu hija con autismo no está roto/a. Está diferente, y esa diferencia también tiene belleza. Ellos no tienen que “probar su valor” siendo productivos, alcanzando metas sociales, o cumpliendo con estándares que otros imponen. Su valor no depende de pagar impuestos o de ajustarse a moldes. Su valor está en quiénes son, en la vida que irradian, en la esencia que los hace únicos e irrepetibles.
El autismo no es bueno ni malo: es diferente. Y en esa diferencia también hay valor. No dejes que nadie te haga creer lo contrario.
Mamá, eres fuerte. Eres amada. Estás haciendo un trabajo increíblemente valioso cada día, incluso en esos momentos en que sientes que no es suficiente. Tu entrega, tu ternura, tus desvelos y tu lucha silenciosa son prueba de un amor inmenso que nada ni nadie puede cuestionar.
Quiero que lo escuches claramente: tú no tienes que culparte por el diagnóstico de tu hijo/a.
Tu hijo/a es valioso/a tal como es.
Y tú eres una madre maravillosa, tal como eres.
Las investigaciones seguirán, las noticias irán y vendrán, pero lo que permanece es tu amor, tu presencia y tu capacidad de levantarte una y otra vez. Tú continuarás haciendo un trabajo maravilloso, sin importar qué. 💙
Dra. Fermina L. Román – Psicóloga