11/09/2025
Cada día en la sala de emergencias o en los cuartos de hospital nos enfrentamos a realidades duras: pacientes que llegan en estado crítico, decisiones que deben tomarse en segundos, y la responsabilidad de salvar vidas bajo presión. La medicina exige un sacrificio que muchas veces recae también sobre nuestras familias, que entienden que nuestra vocación de servir está por encima del tiempo personal.
En medio de esa entrega, hay momentos en los que no basta con compasión: también debemos hablar con claridad absoluta. A veces la vida de un paciente depende de escuchar la verdad sin rodeos, aunque sea dolorosa.
Ocultar o suavizar demasiado un diagnóstico grave puede significar perder tiempo esencial para comenzar un tratamiento urgente. Y ese tiempo puede marcar la diferencia entre la esperanza y la complicación.
Sabemos que no es fácil aceptar una noticia difícil, y que la negación es una reacción humana. Pero nuestra responsabilidad es ser directos y transparentes, porque la verdad es, muchas veces, el primer paso para salvar vidas.
La medicina es ciencia, pero también es comunicación honesta y confianza. Decir lo necesario, incluso cuando duele, es una de las formas más auténticas de cuidar.
🙏🏼 Queremos dar gracias a los miles de pacientes que han confiado en nosotros y han puesto su salud en nuestras manos. La alegría de verlos recuperarse y volver a sus vidas es el motor que nos mueve cada día. Y agradecemos a Dios por darnos la salud y la fortaleza para seguir adelante en esta misión de servir.