Clínica Renacer Hematología-Oncología

Clínica Renacer Hematología-Oncología El propósito de establecer la Clínica Renacer responde a una necesidad de proveer servicios de Hematología-Oncología en el centro de la Isla.

🩺🩺👨‍⚕️👨‍⚕️
20/11/2025

🩺🩺👨‍⚕️👨‍⚕️

📢📢📢📢📢📢📢📢📢Naranjito, Comerío, Barranquitas, Corozal, Toa Alta, Bayamón, Aibonito, Orocovis y áreas limítrofes . Trabajamo...
16/11/2025

📢📢📢📢📢📢📢📢📢

Naranjito, Comerío, Barranquitas, Corozal, Toa Alta, Bayamón, Aibonito, Orocovis y áreas limítrofes .

Trabajamos TODOS los planes médicos incluyendo Plan Vital ( con REFERIDO)

Atendemos todo tipo de condiciones hematológicas y todo tipo de cáncer. Ofrecemos servicios de quimioterapia e inmunoterapia así como servicios de infusión para condiciones gastrointestinales como Crohn’s y Colitis Ulcerativa (UC) , condiciones reumatológicas como Lupus y Artritis Reumatoidea, y condiciones neurológicas.

Será un placer servirles
(787) 483-1400 ☎️ 👇

16/11/2025

Consejos de cabecera
FERNANDO CABANILLAS

Caballos de Troya microscópicos: la nueva terapia contra el cáncer
16 de noviembre de 2025

Hace más de tres mil años, los griegos rodearon Troya. Durante una década intentaron sin éxito atravesar sus muros. Entonces idearon una estrategia brillante: construyeron un enorme caballo de madera, lo llenaron de soldados y lo dejaron como una “ofrenda” frente a la ciudad. Los troyanos lo aceptaron, lo metieron dentro de sus murallas y… esa noche el enemigo salió de las entrañas del regalo. Troya cayó desde adentro.

Hoy, los oncólogos nos inspiramos en esa historia.

Aplicamos un concepto similar, pero a escala microscópica: los anticuerpos conjugados conocidos como ADC por sus siglas en inglés (Antibody Drug Conjugates), actúan como modernos caballos de Troya: viajan de forma encubierta por el organismo y liberan quimioterapia directamente dentro de las células cancerosas.

Durante décadas, la quimioterapia ha sido una de las principales armas contra el cáncer. Sin embargo, su gran limitación es la falta de selectividad: ataca tanto a las células tumorales como a las sanas, lo que genera efectos secundarios severos como la caída del cabello, las náuseas, el agotamiento y la supresión del sistema inmune. Por esto la ciencia ha buscado formas más inteligentes de atacar el cáncer. Así nacieron los anticuerpos conjugados, una tecnología que combina lo mejor de dos mundos: la precisión de los anticuerpos monoclonales y la potencia de los fármacos citotóxicos.

¿Cómo funcionan? El anticuerpo es como el caballo de Troya que lleva consigo un fármaco escondido. Circula por el organismo hasta reconocer y unirse a las células tumorales, y solo entonces libera su carga: el medicamento que destruye la célula maligna desde su interior, tal como ocurrió en Troya. Así, el tratamiento ataca al tumor sin dañar tanto a las células sanas.

En este momento tenemos 25 ADC aprobados por la FDA y 150 que están en etapa de investigación. Estos anticuerpos conjugados han demostrado resultados espectaculares en varios tipos de linfoma, especialmente en aquellos que han recaído o que no han respondido a tratamientos convencionales.

Uno de los primeros fue Brentuximab, aprobado para el tratamiento del linfoma de Hodgkin y el linfoma anaplásico de células grandes. En estudios clínicos, cuando se combinó con bendamustina, se observaron respuestas completas en más del 50 % de los pacientes con Hodgkin en recaída. Además, este medicamento ha permitido que algunos pacientes logren recibir trasplantes de médula ósea a los que antes no eran candidatos.

Otros ADC que han demostrado actividad significativa son:

· En el linfoma no-Hodgkin de la zona marginal, el ADC Zynlonta logró respuestas completas en más del 60% de los pacientes en recaída y una tasa de respuesta global cercana al 85%.

· En linfoma folicular recidivante/refractario, la combinación de Zynlonta y Rituximab consiguió respuestas completas en el 85 % de los pacientes.

· Uno de los estudios más prometedores es LOTIS-5, que evalúa Zynlonta junto a Rituximab en pacientes con linfoma agresivo de tipo difuso de células B grandes, que han recaído o no respondieron a tratamientos previos. En la primera parte del estudio se trató a 20 pacientes, y el 80% respondió bien, lográndose en la mitad de ellos una remisión completa. Además, el tratamiento logró frenar el avance de la enfermedad por más de ocho meses en promedio. Estos resultados son alentadores, sobre todo porque muchos de estos pacientes ya habían agotado varias opciones terapéuticas.

Y hay más. En el estudio LOTIS-7 se combinó Zynlonta con glofitamab, un anticuerpo biespecífico. Los resultados fueron sorprendentes: más del 90 % de los pacientes respondieron al tratamiento, y casi el 87 % logró una remisión completa. Lo más impresionante es que muchos de ellos ya habían recibido terapias avanzadas como CAR-T, sin éxito. Este tipo de datos refuerza la idea de que los ADC pueden ofrecer una segunda oportunidad incluso cuando todo parece perdido.

Los avances no se limitan a los linfomas. En mieloma múltiple, un cáncer de la médula ósea que hasta hace poco tenía pocas opciones tras varias líneas de tratamiento, los ADC también están abriendo caminos. En el cáncer de mama metastásico triple negativo, uno de los subtipos más agresivos y de peor pronóstico, un estudio demostró que el ADC Trodelvy prolonga de forma significativa el tiempo libre de progresión del tumor en comparación con la quimioterapia estándar. La reducción del riesgo de progresión y de muerte fue del 38%. Dicho estudio se acaba de publicar en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine.

Todo esto sugiere que estamos ante una nueva era en oncología. Se ha sugerido que, en algunos tumores, los ADC podrían reemplazar la quimioterapia convencional como primera línea. Pero aún hay retos: por ahora se pueden usar para casos específicos, sobre todo cuando la quimioterapia convencional falla. No obstante, es importante mantener prudencia, ya que la respuesta terapéutica varía entre pacientes y está condicionada por las características biológicas de cada tumor.

En resumen, los anticuerpos conjugados son hoy uno de los avances más prometedores de la oncología de precisión. Transportan quimioterapia hacia el interior del tumor, reducen el daño a células sanas y ofrecen mejores resultados en linfomas, mieloma, cáncer de mama y otros tumores difíciles. Como el caballo de Troya de la leyenda, actúan desde dentro, devastando al enemigo. Para pacientes y oncólogos, abren una puerta a un futuro más esperanzador.

Y, por cierto, hay algo casi poético en todo esto. La historia original del caballo de Troya, según los historiadores, nunca ocurrió. Es parte de la mitología griega. Pero los caballos de Troya microscópicos sí son reales. Y a diferencia de los mitológicos, no destruyen ciudades sino tumores. Para miles de pacientes, eso equivale a una epopeya mucho más profunda, trascendental y transformadora que el caballo de Troya que inmortalizó Homero en La Odisea.

09/11/2025

-La vacuna del COVID y su ventaja contra el cáncer -

Escribe FErnando Cabanillas

La inmunoterapia es un tratamiento que activa al sistema inmunológico para que reconozca y destruya las células cancerosas. A diferencia de la quimioterapia, que destruye tanto las células malignas como las sanas, la inmunoterapia actúa de otra forma: libera los frenos del sistema inmune para que nuestras propias defensas logren reconocer y atacar el cáncer.

Las dr**as más conocidas en este campo son los llamados “inhibidores de los puntos de control del sistema inmune”. Como su nombre indica, inhiben unas moléculas que los tumores usan para “esconderse” del sistema inmune. Al hacerlo, permiten que los linfocitos T reconozcan y ataquen esas células malignas. Gracias a la inmunoterapia, el tratamiento de varios tipos de tumores, incluyendo melanoma, linfoma no-Hodgkin, linfoma de Hodgkin, cáncer de pulmón, de riñón, de vejiga y de cabeza y cuello, han experimentado avances significativos.

Pero su eficacia no es universal. Algunos pacientes responden de forma espectacular; otros, apenas. ¿Qué determina esa diferencia? ¿Y qué se puede hacer para mejorar estos resultados?

Un estudio reciente reveló que los pacientes que recibieron la vacuna contra el Covid basada en ARNm dentro de los cien días previos al inicio de la inmunoterapia, tenían el doble de probabilidad de estar vivos tres años después, en comparación con quienes no fueron vacunados. Este efecto se observó solo con las vacunas basadas en ARNm, las mismas que el Secretario de Salud de Estados Unidos ha condenado porque, según él, son peligrosas.

Se ha planteado una hipótesis interesante para explicar este fenómeno: las vacunas basadas en ARNm no solo inducen una respuesta específica contra el virus del Covid, sino que potencian de manera global la activación del sistema inmune, promoviendo un estado de vigilancia inmunológica aumentada. PD-L1 es una molécula frecuentemente expresada en las células malignas. Esta molécula se une a un receptor en la superficie de los linfocitos T para inhibir su acción antitumoral. Los fármacos como pembrolizumab o nivolumab bloquean esa interacción, impidiendo que el tumor apague la respuesta inmune.

Las vacunas de ARNm llevan un mensaje que indica a nuestras células cómo fabricar una pequeña parte del virus: la proteína espiga del Covid. Esa proteína activa al sistema inmunológico, despertando las defensas, movilizando linfocitos y poniendo al cuerpo en modo de alerta. Cuando ese sistema hiperactivado se encuentra con un tumor, lo interpreta como otra amenaza. Y si el paciente está recibiendo inmunoterapia, el efecto se multiplica. De esta forma, las defensas pueden atacar con mucha más fuerza. Es una especie de “efecto vacuna universal”: aunque la vacuna no esté dirigida al cáncer, prepara al sistema inmunológico para responder mejor a cualquier amenaza, incluyendo tumores.

El estudio que respalda esta hipótesis incluyó a cientos de pacientes con distintos tipos de cáncer tratados con inmunoterapia. Los resultados fueron consistentes: la vacunación reciente con ARNm se asoció con mejor supervivencia, mayor respuesta tumoral y menos progresión de enfermedad.

Además, se observó que los tumores en pacientes vacunados mostraban mayor infiltración de linfocitos T y mayor expresión de genes relacionados con la respuesta antiviral. Es decir, el sistema inmunológico estaba más activo y presente en el microambiente tumoral.

Este hallazgo podría darle un giro inesperado a la inmunoterapia. Lo que antes se evitaba, vacunar durante el tratamiento, ahora podría convertirse en una estrategia recomendada, especialmente con vacunas de ARNm que parecen potenciar la respuesta inmunológica. También abre la puerta a una nueva estrategia: usar vacunas de ARNm, no como prevención viral, sino como tratamiento contra el cáncer. De hecho, ya existen estudios clínicos que exploran el uso de vacunas de ARNm personalizadas contra el cáncer, diseñadas para entrenar al sistema inmune a atacar proteínas expresadas en las células cancerosas. Pero lo sorprendente es que una vacuna antiviral como la del Covid puede tener ese efecto potenciador.

El estudio también comparó los efectos de las vacunas de ARNm con las tradicionales, como la de la influenza. No se observó el mismo beneficio. Esto sugiere que el tipo de plataforma importa. Las vacunas de ARNm generan una activación inmunológica más profunda y sostenida. En otras palabras, no todas las vacunas son iguales. Y en el contexto de la inmunoterapia, las de ARNm parecen tener una ventaja única.

Este hallazgo podría tener implicaciones más allá del cáncer. Si las vacunas de ARNm pueden modular el sistema inmunológico de forma tan potente, ¿podrían utilizarse como herramientas para reforzar la respuesta inmunitaria frente a infecciones crónicas como el VIH?

Por ahora se sabe que en oncología el impacto es inmediato. Integrar la vacunación de ARNm en los protocolos de inmunoterapia podría mejorar resultados sin necesidad de nuevos fármacos.

Lo curioso es que mientras los científicos descubren que las vacunas de ARNm podrían potenciar la inmunoterapia, aún hay figuras públicas que dudan de su utilidad. Robert F. Kennedy Jr., como dije, ha cuestionado repetidamente la seguridad de estas vacunas. Con una discreción que rara vez lo caracteriza, Donald Trump, sin ruido ni fanfarria, se vacunó contra el Covid, siendo una decisión que contradice las posturas de su Secretario de Salud.

Mientras el sistema inmune aprende a distinguir tumores, algunos funcionarios aún confunden placenta con útero. Y eso sí que no tiene vacuna. ¿Por qué digo esto? Durante una reunión de gabinete el pasado 9 de octubre, Kennedy Jr. comentó haber visto un video en TikTok de una mujer embarazada que tomaba Tylenol mientras decía “F**k Trump!”, y afirmó que lo hacía “con su bebé en su placenta”. Lo siento Robert, pero los fetos no crecen en la placenta… es en el útero. Y a propósito, un estudio reciente identifica que existe una asociación entre la infección con Covid durante el embarazo y un riesgo mayor de autismo. Lógicamente, la vacunación contra el Covid durante el embarazo podría reducir ese riesgo. Pero saben que, para remate, Kennedy Jr. decidió que la vacuna contra el Covid sería eliminada del calendario para mujeres embarazadas.

En verdad… este individuo no pega una.

02/11/2025

Consejos de cabecera
FERNANDO CABANILLAS

El asesino silencioso entre las muelas
2 de noviembre de 2025

Durante décadas hemos investigado cómo diagnosticar y tratar lo más tempranamente posible el cáncer de páncreas, un tumor especialmente difícil de manejar. Él éxito ha sido limitado. Un estudio había sugerido que las bacterias posiblemente jugaban un papel importante porque cuanto mayor era la diversidad de bacterias en el intestino, mayor era la tasa de supervivencia. En otro experimento revelador, los investigadores trasplantaron microbios fecales de pacientes con cáncer de páncreas de larga supervivencia a ratones libres de gérmenes. A continuación, los ratones fueron expuestos a células de cáncer pancreático de humanos, y se observó que mostraban una evolución mucho más favorable que aquellos que recibieron microbiota de pacientes con supervivencia corta.

La detección temprana del cáncer de páncreas sigue siendo un desafío clínico, con herramientas poco efectivas. En el terreno de la prevención, no sabemos prácticamente nada. Sin embargo, un estudio reciente de NYU Langone Health ha identificado un factor de riesgo inesperado: la cavidad oral. Sí, la boca. Resulta que entre los cientos de especies de bacterias y hongos que habitan nuestra cavidad bucal, 27 han sido vinculadas a un riesgo 3.5 veces mayor de desarrollar cáncer de páncreas. Tres bacterias orales asociadas a la enfermedad periodontal se asociaron con un mayor riesgo de cáncer pancreático. También el hongo Candida tropicalis está involucrado con un riesgo alto.

No parece ser casualidad. Curiosamente, los investigadores identificaron una especie de Candida en el tejido tumoral pancreático humano, cuya secuencia coincidía con las de las muestras orales, lo que sugiere una posible conexión entre los hongos de la boca y el páncreas. ¿Cómo llegan esos microorganismos hasta el páncreas? No lo sabemos con exactitud, pero al tragar saliva los microbios pueden viajar por el intestino hasta alcanzar el páncreas. Algunos microorganismos podrían ascender de forma retrógrada, desde el tracto gastrointestinal a través del conducto biliar o pancreático, especialmente si hay condiciones que alteran la barrera natural entre estos órganos. Una vez allí, podrían provocar inflamación crónica, alterar el microambiente tumoral, o incluso sabotear la respuesta inmunológica.

En 2016, el mismo equipo investigador había sugerido una relación entre la pobre salud oral y el desarrollo del cáncer de páncreas. Posteriormente, el estudio prospectivo de NYU Langone realizado en 122,000 individuos sanos con un seguimiento de casi una década, arrojó luz sobre el misterio. Los resultados de ese estudio, publicados en JAMA Oncology, ofrecen la evidencia más robusta hasta la fecha. No es una simple intuición, sino un perfil microbiano que podría cambiar profundamente nuestra comprensión del cáncer pancreático.

Y resulta que el cepillo de dientes juega un papel importante. Aunque el estudio no establece causalidad directa y definitiva, sí refuerza la idea de que la salud oral es parte integral de la salud sistémica. La presencia de ciertas bacterias asociadas al cáncer pancreático también se ha vinculado con enfermedad periodontal, una condición inflamatoria crónica que afecta las encías y el hueso que sostiene los dientes. Así que cepillarse, usar hilo dental y visitar al dentista no solo previene caries: podría ser prevención oncológica.

Este descubrimiento podría tener implicaciones en poblaciones donde el acceso a servicios odontológicos es limitado. Si la boca es un espejo del riesgo de cáncer de páncreas, entonces la salud oral debe dejar de ser un lujo y convertirse en una prioridad médica. Porque no se trata únicamente de la estética, sino de señales biológicas que podrían ser claves para la detección temprana del cáncer.

¿Qué implica? Mucho más de lo que parece. Primero, abre la puerta a nuevas estrategias de prevención de la enfermedad. Si el perfil microbiano oral puede predecir el riesgo de cáncer pancreático, podríamos desarrollar pruebas de saliva como una forma de detección temprana. Segundo, plantea la posibilidad de intervenciones futuras dirigidas a la flora oral, ya sea con probióticos, antimicrobianos selectivos o cambios en la dieta.

En tercer lugar, y con igual relevancia, nos invita a reconsiderar cómo integramos la salud oral dentro de la práctica clínica. En muchos sistemas de salud, la odontología sigue operando en paralelo al resto de la medicina, como si la boca fuera un mero apéndice sin importancia. Este estudio refuerza la necesidad de integrar la salud oral en la medicina preventiva, especialmente en poblaciones de alto riesgo. Así lo demuestra otro estudio que revela una conexión entre la enfermedad periodontal y el riesgo de sufrir un derrame cerebral. El estudio prospectivo, liderado por el Dr. Souvik Sen de la Universidad de Carolina del Sur, realizó un seguimiento a casi 6,000 adultos durante 20 años. Los participantes fueron clasificados según su salud bucal: encías sanas, enfermedad periodontal, y enfermedad periodontal combinada con caries.

Solo el 4% de quienes tenían buena salud oral sufrió un derrame cerebral, frente al 7% en el grupo con enfermedad periodontal, y al 10% entre quienes padecían de enfermedad periodontal combinada con caries. Esto significa que el riesgo de un derrame fue 2.5 veces mayor en el grupo con ambas afecciones, lo que representa un alza del 150% en el riesgo relativo respecto al grupo con encías sanas, lo que refuerza la importancia de la salud bucal como medida para proteger los dientes, el páncreas, el cerebro y el corazón.

A la pregunta de qué se puede hacer, basta con cepillarse dos veces al día con pasta fluorada. Usar hilo dental. Visitar al dentista regularmente. Y si se quiere ir más allá, en un futuro podrá considerarse una evaluación del microbioma oral. También conviene recordar que el cáncer de páncreas no tiene una sola causa. Factores genéticos, ambientales, dietéticos y metabólicos juegan roles importantes. Pero si pudiera identificarse un nuevo marcador de riesgo en la saliva, cambiarían las reglas del juego.

En estas detectivescas historias, el asesino silencioso no siempre viene de afuera. Muchas veces está dentro de nosotros, y quizás el secreto de la longevidad no son las dietas místicas, sino algo mucho más simple: limpiarse bien los dientes. El Sherlock Holmes de esta novela, aunque no fume en p**a, será sin duda su dentista.

31/10/2025
🎀🎀🎀
30/10/2025

🎀🎀🎀

26/10/2025

CONSEJOS DE CABECERA
FERNANDO CABANILLAS

Ozempic y aliados: bajan la barriga y… ¿también el cáncer?
26 de octubre de 2025

Durante varios años, medicamentos como Ozempic, Wegovy, Mounjaro, Zepbound y Trulicity —todos pertenecientes a la familia conocida como agonistas de GLP-1— se promocionaron como soluciones simples y exitosas frente a la obesidad y la diabetes tipo 2.

Ahora, un estudio publicado en JAMA Oncology por investigadores de la Universidad de Utah examinó durante una década los historiales médicos de más de 86,000 adultos con obesidad en Estados Unidos. El hallazgo fue tan sorprendente como prometedor: esos medicamentos también podrían desempeñar un nuevo papel como posibles escudos frente al cáncer. El efecto secundario inesperado—pero muy bienvenido—fue una reducción significativa en la incidencia de hasta 13 tipos de cáncer.

El vínculo entre obesidad y cáncer no es nuevo, pero este estudio ofrece evidencia robusta sobre cómo los mencionados agonistas de GLP-1 podrían modificar ese riesgo. Dichos medicamentos imitan una hormona natural llamada GLP-1 que reduce el apetito. Y como todo buen estudio clínico, requiere entender el mecanismo y analizar los datos.

El estudio en cuestión reveló lo siguiente: quienes usaban agonistas de GLP-1 tuvieron menos cáncer. De 16.4 casos de cáncer por cada mil personas al año, bajó a 13.6. ¿Trivial? No. En Estados Unidos, eso equivale a prevenir 43,700 casos anuales. Casi medio millón en diez años, cifra que resulta estadísticamente significativa y clínicamente relevante.

Los mayores descensos en riesgo se observaron en cáncer de endometrio (útero), con una reducción del 25%; en cáncer de ovario, con una disminución del 47%; y en el meningioma, con un 31% menos de casos. Resulta llamativo que este último sea un tumor cerebral benigno —no un cáncer—, y aun así parece verse reducido en quienes usan estos medicamentos. También hubo una leve disminución en cáncer de pulmón, que algunos atribuyen a la reducción de adicciones al ci******lo y el alcohol entre usuarios de estos fármacos. Se sabe que muchos dejan de fumar cuando dejan de comer compulsivamente.

Pero, ¿cómo funcionan estos fármacos? Los agonistas del GLP-1 fueron diseñados originalmente para tratar la diabetes tipo 2. Su mecanismo de acción incluye la estimulación de la secreción de insulina, la inhibición de la secreción de glucagón, lo que reduce la producción de glucosa por el hígado. El retraso del vaciamiento del estómago, que prolonga la sensación de saciedad, es un efecto muy importante en cuanto a combatir la obesidad, pero también tiene una acción central en el cerebro, reduciendo el apetito.

Los estudios han descubierto que su impacto va más allá del metabolismo. Estos fármacos también reducen la inflamación sistémica, un factor clave en la carcinogénesis, que es el proceso por el cual las células normales del cuerpo se transforman en células cancerosas. Otra característica ventajosa es que también modulan el sistema inmune, mejorando la vigilancia antitumoral.

En resumen: estos medicamentos no solo ayudan a reducir la grasa abdominal, sino que, entre otras cosas, disminuyen la inflamación en el cuerpo, lo que podría reducir el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer. Sin embargo, cabe destacar que, al tratarse de un estudio observacional, no se puede afirmar con certeza que los GLP-1 prevengan el cáncer, sino que existe una asociación que merece ser investigada en ensayos clínicos controlados.

¿Y los efectos secundarios? El estudio encontró un ligero aumento en cáncer de riñón, aunque lo calificó como “insignificante”. Los agonistas del GLP-1 pueden causar náuseas y vómitos, estreñimiento o diarrea, pancreatitis (rara pero puede ser grave) y posible pérdida de masa muscular si no se acompaña de ejercicio. Así que no basta con pincharse y esperar milagros. Según los endocrinólogos, estos medicamentos son herramientas poderosas, pero no reemplazan el movimiento. Hay que moverse.

La obesidad afecta a más de mil millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. Un estudio del Hospital del Mar concluyó que la obesidad multiplica por 12 el riesgo de cáncer en mujeres y lo duplica en hombres.

La relación entre obesidad y cáncer se debe a una combinación de mecanismos biológicos complejos. La obesidad genera una inflamación crónica en el organismo, lo que favorece la aparición de mutaciones celulares. También se producen desequilibrios hormonales, como el aumento de estrógenos y una disfunción del sistema inmune, que disminuye su capacidad para detectar y eliminar células potencialmente malignas.

Por eso, cualquier intervención que reduzca la obesidad tiene el potencial de reducir el riesgo de cáncer. Pero los GLP-1 parecen ir más allá, actuando como moduladores metabólicos y antiinflamatorios.

Ozempic se está vendiendo en internet sin la debida receta médica, a través de farmacias no autorizadas y sitios web ilegales. Un estudio publicado en JAMA Network Open reveló que el 42 % de las farmacias en línea que venden Ozempic no tienen una licencia válida y ofrecen el medicamento sin exigir receta. Esto expone a los consumidores a productos falsificados, contaminados o mal almacenados, que pueden no contener el ingrediente activo o tener dosis incorrectas, lo que puede causar efectos adversos graves, desde náuseas hasta pancreatitis.

Estos fármacos pueden bajar la barriga, la inflamación y probablemente el riesgo de cáncer. Eso es todo. No bajan la factura de LUMA ni la corrupción en el gobierno. Aprovecho para preguntarle a nuestra nueva contralora, Carmen Vega Fournier: ¿cómo le va lidiando con el asunto que heredó de su predecesora, Yesmín Valdivieso, en cuanto a la corrupción en Cataño? ¿Ya encontró las facturas infladas, pagos duplicados y contratos fantasmas, o siguen escondidos en la misma gaveta donde guardan sus promesas de transparencia?

Los medicamentos agonistas no resuelven esa corrupción… agónica.

22/10/2025

🩸🧪🩸🧪🧬

CONSEJOS DE CABECERA
Por Fernando Cabanillas

domingo, 22 de octubre de 2023
Esperanza contra la leucemia: guerra a las meninas (y no las de Velázquez)

La quimioterapia ha sido el baluarte del tratamiento de la Leucemia Mieloblástica Aguda (LMA), con pocas excepciones. Esta enfermedad ha planteado desafíos significativos tanto para los pacientes como para los oncólogos. La LMA es un cáncer de la sangre que se produce cuando una célula de la médula ósea desarrolla una o más mutaciones en su ADN, que contiene todas las instrucciones que le dicen lo que debe hacer.

Normalmente el ADN le indica a la célula que se reproduzca a cierto ritmo y se muera en determinado momento. Si una persona padece esa leucemia, es porque su ADN tiene mutaciones que ordenan a las células de la médula ósea que continúen creciendo y dividiéndose. Cuando esto sucede, la producción de células sanguíneas se descontrola y la médula ósea produce células inmaduras que se transforman en glóbulos blancos leucémicos, conocidos como mieloblastos. Las células sanguíneas leucémicas desplazan a las sanas, causando una anemia grave, infecciones serias, al igual que hemorragias.

El tratamiento para la LMA ha consistido principalmente en quimioterapia y trasplante de células madre, pero estos enfoques tienen limitaciones, incluyendo la toxicidad y el desarrollo de resistencia a la quimioterapia. Sin embargo, recientemente ha surgido una esperanza en forma de un nuevo medicamento llamado Revumenib, que ha demostrado una actividad importante contra dicha leucemia.

Revumenib no es quimioterapia, sino un tratamiento novedoso que pertenece a una clase de medicamentos diseñados para atacar proteínas específicas involucradas en la propagación de las células cancerosas. En particular, inhibe la interacción con una proteína llamada menin, que se mezcla con otras proteínas mutadas, formando un complejo o doblete. En conjunto estos dobletes de proteína juegan un papel importante en causar la LMA. Estas mutaciones ocurren en aproximadamente un tercio de los pacientes con LMA. La manera en que funciona el nuevo medicamento es inhibiendo la interacción de dos sustancias: la menin-KMT2A, y la otra menin-NPM1, mucho más peligrosas que las famosas Meninas del pintor Velázquez.

El Dr. Ghayas Issa, del hospital MD Anderson, describe menin como la llave de un carro que prende el motor (ya sea KMT2A o NPM1), que genera las células leucémicas. Revumenib lo que hace es crear una cuña entre la llave y el motor, evitando que el carro arranque. Y si no arranca, las células leucémicas que crecen descontroladas vuelven a comportarse como células maduras normales.

Uno de los aspectos más alentadores del potencial terapéutico de Revumenib es su capacidad para dirigirse selectivamente a las células cancerosas mientras preserva

la integridad de las sanas. La quimioterapia tradicional es conocida por su ataque indiscriminado a todas las células, tanto normales como leucémicas. Revumenib ofrece un enfoque más preciso y dirigido, ya que esas sustancias, menin-KMT2A y menin-NPM1, solo ocurren en las células leucémicas, y solo ellas resultan atacadas, lo que supone mucho menos efectos secundarios.

Los tratamientos con Revumenib han arrojado resultados prometedores. En un reciente ensayo clínico, los pacientes con LMA que habían fallado a múltiples tratamientos anteriores experimentaron respuestas alentadoras. En síntesis, 18 de los 60 pacientes que tenían una alteración del gen KMT2A o en NPM1, experimentaron una remisión completa (38%), que duró en promedio unos 9 meses. Doce de estos participantes luego tuvieron la oportunidad de recibir un trasplante de células madre al lograr alcanzar la remisión. Uno de los pacientes lleva ya 16 meses en remisión completa. Estos pacientes habían sido sometidos extensamente a tratamientos intensivos, con un promedio de 4 líneas de terapia previas y 46% de estos habían fallado a un trasplante. En otras palabras, los pacientes en este estudio tenían enfermedad muy avanzada, lo cual sugiere que su aplicación más temprano durante la enfermedad debiera rendir resultados todavía mejores.

Si bien los hallazgos iniciales son sin duda prometedores, es importante tener en cuenta que Revumenib todavía se encuentra en etapa experimental. Probablemente los datos de este estudio se someterán a FDA para el 2024.

El desarrollo de Revumenib también ejemplifica la importancia de la medicina de precisión en la lucha contra el cáncer. Adaptar los tratamientos al perfil genético y molecular específico de un paciente ya está demostrando el potencial de revolucionar el manejo del cáncer, haciéndolo más efectivo y menos tóxico. A medida que nuestra comprensión de las mutaciones genéticas del cáncer siga mejorando, podemos esperar más medicamentos como Revumenib.

Todos los años en el mundo mueren 302,000 personas de LMA, comparado con 237,000 mu***os a causa de conflictos bélicos. Esta última cifra está aumentando anualmente y es seguro que la guerra entre Israel y Hamás contribuirá con más fallecimientos.

Pero ya que estamos en ese tema, debo comentar acerca de otro tipo de víctimas: las de la desinformación y de la ineptitud. Por un lado, tenemos al presidente Biden, quien dijo que había visto “fotografías confirmadas de terroristas decapitando niños” después del ataque de Hamás. Sin embargo, la Casa Blanca aclaró más tarde que Biden no vio realmente tales imágenes ni las confirmó de forma independiente, sino que basó sus comentarios en informes de noticias y afirmaciones de funcionarios israelíes. Al menos fue honesto en admitirlo. El asunto de niños decapitados ha sido ampliamente difundido en las redes sociales, pero no ha sido verificado por ninguna fuente creíble.

Por otro lado, tenemos al expresidente Trump, quien durante un reciente discurso de campaña en Florida intentó hacer un comentario astuto acerca de la guerra entre Israel y Hamás, y miren lo que dijo: “Hezbolá (el grupo terrorista libanés) es muy inteligente” y además acusó falsamente a la administración de Joe Biden de financiar el ataque de Hamás.

Donald Trump ha mostrado una postura variada hacia Israel. Anteriormente respaldaba a su primer ministro, Benjamín Netanyahu, pero recientemente ha criticado a Netanyahu y ha manifestado simpatía hacia el grupo terrorista libanés, Hezbolá. Esto se debe al hecho de que Netanyahu reconoció a Biden como ganador de las elecciones del 2020. Para complicarlo más el panorama, durante su presidencia, Trump revocó un tratado conocido como el Acuerdo con Irán. Esto provocó la reactivación del programa nuclear iraní y la subida al poder de un gobierno extremista en Irán, que apoya con armamentos a los terroristas de Hamás.

Para finalizar, Trump ha declarado que Israel tiene un ministro de defensa que es un id**ta. Trump no solo mintió, sino que también cometió un desacierto electoral al enajenar prácticamente a todos los judíos de Estados Unidos. A pesar de haber recibido críticas intensas, Trump nunca ofreció disculpas a Israel, pero ¿en alguna ocasión en su vida él se ha disculpado con alguien?... rasgo muy típico de los narcisistas.

Dirección

Carretera 779 Km 10. 01 Barrio Cedro Arriba Séctor El Abanico
Palomas
00719

Horario de Apertura

Lunes 09:00 - 17:00
Martes 09:00 - 17:00
Miércoles 09:00 - 17:00
Jueves 09:00 - 17:00
Viernes 09:00 - 17:00

Página web

Notificaciones

Sé el primero en enterarse y déjanos enviarle un correo electrónico cuando Clínica Renacer Hematología-Oncología publique noticias y promociones. Su dirección de correo electrónico no se utilizará para ningún otro fin, y puede darse de baja en cualquier momento.

Contacto El Consultorio

Enviar un mensaje a Clínica Renacer Hematología-Oncología:

Compartir

Share on Facebook Share on Twitter Share on LinkedIn
Share on Pinterest Share on Reddit Share via Email
Share on WhatsApp Share on Instagram Share on Telegram

Categoría

Dr. Eddiemar Ortiz Cruz

El propósito de establecer la Clínica Renacer responde a una necesidad de proveer servicios de Hematología-Oncología en el centro de la Isla, un área desprovista de estos sub especialistas tan necesarios ante la alta incidencia de cáncer en nuestro país.

En dicha clínica también se ofrecerán tratamientos de quimioterapia, lo cual representa una alternativa para estos pacientes los cuales muchas veces tienen que sumar a los efectos secundarios del tratamiento, viajes al área Metropolitana para recibirlo . Nuestra meta es lograr un tratamiento de excelencia donde el paciente se sienta cómodo y un poco más tranquilo durante todo este proceso.